lunes, 18 de mayo de 2009

Lunes 11 de mayo de 2009





Hermanos:

El pasado viernes, tempranito en la mañana, recibí la llamada de Paula, la nieta de mi fraterno Danilo, seguidor de poema de lunes y padre profesional mío. Paula me dijo: "Don Mario, en el colegio me dieron un poema inconcluso y la tarea consiste en completarlo; lo he buscado en google pero no aparece. Mi abuelo me dijo que el que podía ayudarme con la tarea era usted."

El corazón me dio un brinco de alegría y le dije a Paula:

-Primero dime ¿de cuàl de los hijos de Danilo eres hija?
-De Claudia, me respondió.

-¿Cuantos años tienes?
-Trece, me dijo.

¿Sabes que Danilo, tu abuelo, es mi papá profesional, el que me enseñó a ser ingeniero?
Si, y él me dijo que si alguien me podía ayudar con mi tarea, ese era usted.

-Bien, dime el poema inconcluso.

"En mi jardín hay flores
que llaman la atención
por su gentil belleza,
su aroma y su color..."

Paula se detuvo esperando por mí. Y yo le dije:

"Más aunque brille espléndida
su rica variedad,
es la violeta tímida
la que me gusta más."

¡Que gusto me dio poder ayudar a Claudia!

Yo recuerdo ese breve poema de mis años de niño. Recuerdo a mamá recitarlo para nosotros. De hecho al colgar el teléfono con Paula llamé a mamá y le hice la misma prueba y ella ni corta ni perezosa también la pasó.

Ahora les pido a ustedes, seguidores de la poesía que me digan de quién es el poema y si está completo. Yo no recuerdo el autor, mi madre tampoco y no aparece en google. Cien mil o un millón yo pagare...

Ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo de nuevo a Oliverio Girondo, enormísimo poeta argentino cuya poesía es, al igual que sucede con otros gigantes de la poesía, una experiencia definitiva: No se puede ser el mismo despues de Oliverio Girondo.

Aquí una muestra de su poesía.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com



SIESTA

Un zumbido de moscas anestesia la aldea.
El sol unta con fósforo el frente de las casas,
y en el cauce reseco de las calles que sueñan
deambula un blanco espectro vestido de caballo.

Penden de los balcones racimos de glicinas
que agravan el aliento sepulcral de los patios
al insinuar la duda de que acaso estén muertos
los hombres y los niños que duermen en el suelo.

La bondad soñolienta que trasudan las cosas
se expresa en las pupilas de un burro que trabaja
y en las ubres de madre de las cabras que pasan
con un son de cencerros que, al diluirse en la tarde,
no se sabe si aún suena o ya es sólo un recuerdo
¡Es tan real el paisaje que parece fingido!



VUELO SIN ORILLAS

Abandoné las sombras,
las espesas paredes,
los ruidos familiares,
la amistad de los libros,
el tabaco, las plumas,
los secos cielorrasos;
para salir volando,
desesperadamente.

Abajo: en la penumbra,
las amargas cornisas,
las calles desoladas,
los faroles sonámbulos,
las muertas chimeneas
los rumores cansados,
desesperadamente.

Ya todo era silencio,
simuladas catástrofes,
grandes charcos de sombra,
aguaceros, relámpagos,
vagabundos islotes
de inestable riberas;
pero seguí volando,
desesperadamente.

Un resplandor desnudo,
una luz calcinante
se interpuso en mi ruta,
me fascinó de muerte,
pero logré evadirme
de su letal influjo,
para seguir volando,
desesperadamente.

Todavía el destino
de mundos fenecidos,
desorientó mi vuelo
-de sideral constancia-
con sus vanas parábolas
y sus aureolas falsas;
pero seguí volando,
desesperadamente.

Me oprimía lo flúido,
la limpidez maciza,
el vacío escarchado,
la inaudible distancia,
la oquedad insonora,
el reposo asfixiante;
pero seguía volando,
desesperadamente.

Ya no existía nada,
la nada estaba ausente;
ni oscuridad, ni lumbre,
-ni unas manos celestes-
ni vida, ni destino,
ni misterio, ni muerte;
pero seguía volando,
desesperadamente.


VISITA

No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
La afición al misterio,
El culto a la ceniza,
A cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
Ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
Para lo inhabitado.

Cuando venga a buscarme,
Díganle:
"se ha mudado".

CANSANCIO

Cansado.
¡Sí!
Cansado
de usar un solo bazo,
dos labios,
veinte dedos,
no sé cuántas palabras,
no sé cuantos recuerdos,
grisáceos,
fragmentarios.

Cansado,
muy cansado
de este frío esqueleto,
tan púdico,
tan casto,
que cuando se desnude
no sabrá si es el mismo
que usé mientras vivía.

Cansado.
¡Sí!
Cansado
por carecer de antenas,
de un ojo en cada omóplato
y de una cola autentica,
alegre
desatada,
y no este rabo hipócrita,
degenerado,
enano.

Cansado,
sobre todo,
de estar siempre conmigo,
de hallarme cada día,
cuando termina el sueño,
allí, donde me encuentre,
con las mismas narices
y con las mismas piernas;
como si no deseara
esperar la rompiente con un cutis de playa,
ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia,
acariciar la tierra con un vientre de oruga,
y vivir, unos meses, adentro de una piedra.

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