lunes, 26 de febrero de 2007

Lunes 26 de Febrero de 2007

Hermanos:

Hoy lunes 26 de Febrero, lunes de Patria, les traigo dos poemas patrióticos.

El primero es de Fabio Fiallo, quien fue un luchador contra la invasión norteamericana del 1916 al 1924.

Ese poema se llama “En tierra de Quisqueya” y es hermoso.

El otro poema es de José Martí y nos llama honrar a nuestros héroes y mártires.

Ese segundo poema se llama “A mis hermanos muertos el 27 de Noviembre” y se refiere a un grupo de ocho estudiantes de medicina que en 1871 fueron fusilados por el ejército español en La Habana, luego de haber sido encontrados culpables, en un juicio sumario, de haber profanado la tumba Gonzalo de Castañón, un periodista español que había muerto en un duelo con un independentista.

Mañana será día de la Independencia Nacional. En una costumbre que ya tiene más de 20 años, cada 27 de Febrero asisto con mi familia a la subida de la bandera en el Parque Independencia, a las ocho de la mañana.

Quedan todos invitados a este ritual patriótico.

Que tengan una bonita semana.

Mario



En tierra de Quisqueya

Gloriosos argonautas que en el nueve de Julio
desplegáis a los vientos un blanco pabellón,
cuando en el lar nativo pregunten vuestras damas
cómo son en Quisqueya campos y cielo y sol,

responded que los campos son montes de esmeralda
y se oye en cada rama un pájaro cantor;
que mil variadas flores perfuman el ambiente,
que es un zafiro el cielo y es un topacio el sol.

Si inquieren por nosotros: -¿Son felices?.. Decidles:
-Los vimos en cadenas vencidos a traición...
Mustias están sus frentes, sus brazos abatidos,
y en sus pechos no caben más odio y más dolor.

Aprended de nosotros, ¡oh pueblos de la América!
los peligros que encubre la amistad del sajón;
sus tratados más nobles son pérfida asechanza,
y hay hambre de rapiña en su entraña feroz.

Fabio Fiallo


A mis hermanos muertos el 27 de noviembre

(Madrid, 1872)


Cadáveres amados los que un día

Ensueños fuisteis de la patria mía,
¡Arrojad, arrojad sobre mi frente
Polvo de vuestros huesos carcomidos!
¡Tocad mi corazón con vuestras manos!
¡Gemid a mis oídos!
¡Cada uno ha de ser de mis gemidos
Lágrimas de uno más de los tiranos!
¡Andad a mi redor; vagad en tanto
Que mi ser vuestro espíritu recibe,
Y dadme de las tumbas el espanto,
Que es poco ya para llorar el llanto
Cuando en infame esclavitud se vive!

¡Déspota, mira aquí cómo tu ciego
Anhelo ansioso contra ti conspira!:
Mira tu afán y tu impotencia, y luego
Ese cadáver que venciste mira,
Que murió con un himno en la garganta,
Que entre tus brazos mutilado expira
Y en brazos de la gloria se levanta!
No vacile tu mano vengadora;
No te pare el que gime ni el que llora;
¡Mata, déspota, mata!
¡Para el que muere a tu furor impío,
El cielo se abre, el mundo se dilata!

José Martí






lunes, 19 de febrero de 2007

Lunes 19 de Febrero de 2007

Hermanos:

Hoy quiero presentarles un poeta español contemporáneo nacido en Murcia en 1948.

Se trata de Eloy Sánchez Rosillo.

Lo conocí en la red hace muy poco tiempo, pero su poesía me atrapó y quiero compartirla con ustedes.

Espero que les guste.





Mario

www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com







MAR

Me entrego sin tristeza a ese rumor amargo
en el que el miedo agita con ira sus metales,
y, habitante de un mundo de muerte y transparencia,
obligo a mi mirada a vagar por un cuerpo.
Con urgencia golpeo sobre las decisiones
de un mar que no conozco, de un dolor que introduce
su noticia de sal en la herida reciente.
He abandonado el barro, la arcilla conocida,
para vivir al borde de un peligro que amo,
para buscar las manos que sostengan mi rostro
sobre el silencio neutro de las profundidades.
Parpadea un color, un informe lejano,
una constelación de sabores marchitos,
y una materia oscura, casi vencida, escucha
el vasto movimiento de un corazón insomne.

Se aproxima la noche.
Desaparece el rastro
que trazaron mis labios sobre la dulce piel
de un tiempo que latía.
Una piedra señala
el origen concreto de un orden sacudido.
y una mínima lumbre, una gota encendida,
encuentra al fin su lecho, su destino en la espuma.

La espera es una angustia que fluye lentamente.
Mis ojos amanecen enfrente de un deseo.
Ahora puedo gritar: un círculo de vidrio
observa los caminos que el sol abre en el agua.

14 de abril de 1974







LUZ QUE NUNCA SE EXTINGUE

Te equivocas, sin duda. Alguna vez alcanzan
tus manos el milagro;
en medio de los días indistintos,
tu indigencia, de pronto, toca un fulgor que vale
más que el oro puro:
con plenitud respira tu pecho el raro don
de la felicidad. Y bien quisieras
que nunca se apagara la intensidad que vives.
Después, cuando parece que todo se ha cumplido,
te entregas, cabizbajo, a la añoranza
del breve resplandor maravilloso
que hizo hermosa tu vida y sortilegio el mundo.

Tu error está en creer que la luz se termina.
Al cabo de los años he llegado a saber
que en la naturaleza del milagro
se funden lo fugaz y lo perenne.
Tras su apariencia efímera,
el relámpago sigue viviendo en quien lo vio.
Porque su luz transforma y ya no eres
el hombre aquel que fuiste antes de que en tus ojos,
de que en el fondo oscuro de tu ser fulgurase.

No, la luz no se acaba, si de verdad fue tuya.
Jamás se extingue. Está ocurriendo siempre.
Mira dentro de ti,
con esperanza, sin melancolía.
No conoce la muerte la luz del corazón.
Contigo vivirá mientras tú seas:
no en el recuerdo, sino en tu presente,
en el día continuo del sueño de tu vida.





LA CIUDAD PRESENTIDA

La ciudad los ungió con las luces del alba
y extendió ante su asombro el viejo laberinto de sus calles.
Traspasaron el umbral de la mañana. Los ojos
se habituaron pronto a la belleza de este día.
Porque en otro lugar y en horas menos plenas
supieron intuir lo que ven hoy:
ese reloj que hace vibrar la plaza
cuando deja caer trozos de tiempo sobre el mundo,
el rincón soleado donde un hombre muy viejo
vende objetos inútiles y hermosos...

Ellos saben muy bien que las cosas que crecen
bajo este cielo ajeno no son suyas.
Y querrían
tenderse para siempre sobre la hierba del verano
y engañarse olvidando lo que fueron
antes de estar aquí, antes de haber vivido
de acuerdo con la vida, con arreglo a la luz.

Piensan que pronto, en otra tierra, lejos,
cuando de nuevo vuelvan a sus viejas costumbres
y otra vez el invierno los habite y los venza,
recordarán, oscuros, este sol, este sueño
de libertad que quiso regalarles la vida.
Pero deciden aplazar las sombras.
Ahora
no dicen nada. Están aquí. Se miran.
La mañana transcurre. Y son dichosos.

domingo, 11 de febrero de 2007

Lunes 12 de Febrero de 2007

Hermanos:

Esta semana tengo una muestra de la poesía de una joven poeta española nacida en Madrid en el 1964.

Se trata de Rosana Acquaroni.

Su poesía la conocí por mi hijo Mario que fue quien me la presentó.

Aquí traigo dos poemas de Rosana Acquaroni que espero les gusten.

Que tengan bonita semana.

Mario

PD: todos los poemas de lunes los estoy subiendo a un blog que abrí para esos fines www.poemadelunes.blogspot.com de manera que pasen y siéntanse en casa.



HE LLEGADO AL INICIO...

He llegado al inicio,
como quien se extravía
bajo la rotación laberíntica
de un bosque sin raíces.

Y doy vueltas y vueltas
sobre mi propia herida
tras la única gasa
que macera el silencio y su drenaje,
la dársena del tiempo.

He llegado al inicio
y mi nombre no era
más allá de un abismo sin aliento
y mi cuerpo sin nombre
se llenaba de lámparas y niñas,
perdía pie sin reservar la hierba.

Y mi arena se oía
crepitar hasta el fondo
sobre el granizo muerto.

He llegado al inicio
sin saber hacia dónde desvivirme,
sin creer en la muerte de las olas,
habitando la ausencia de mí misma

Y no encuentro
el reloj
que repare mi arena.

De "Lámparas de arena" 2000




LA MISMA INCERTIDUMBRE...

La misma incertidumbre
con la que un día preciso
que ya fuiste acordando sin saberlo,
comienza a desprenderse
la leve gasa que ocultara
la trama de tu herida,
una herida reciente que late sin hablar
y está tan dentro
que tu vida depende de mantenerla viva.

Con la misma soltura
con la que cada órgano se acomoda para el parto
y se abre un trecho de luz
en mitad de tu cuerpo,
una tarde descubres
que no puedes contar tus cicatrices
pues sus bordes te unen a fragmentos de otros,
a vidas paralelas,
a bálsamos de humo.
Y es entonces
que esa herida se cumple
y es más cierta que el mundo,
nos regresa al origen,
sus lámparas de arena,
la palabra en el vientre,
cuando todos vivíamos
recíprocos y juntos
cuidando las heridas.

De "Lámparas de arena" 2000

martes, 6 de febrero de 2007

Lunes 5 de Febrero de 2007

Hermanos:

En los años 70 había un programa radial que para mi era toque de queda.

Lo producía José Enrique Trinidad y se llamaba El Gran Musical, que se transmitía de lunes a viernes por Radio Popular de una a dos de la tarde.

En ese programa escuché los poemas de una poeta venezolana (detesto decir poetisa) que se decía había intentado venir a Siete Días con el Pueblo pero que el gobierno de Balaguer no le había permitido entrar al país argumentando que era demasiado comunista. Se trata de Gloria Martín.

He hecho grandes esfuerzos por conseguir su obra poética, pero no lo he logrado.

Sé que es docente en la Universidad Central de Venezuela, me he comunicado con profesores que la conocen.

Conozco por lo menos un libro publicado por ella que se llama “El Perfume de una Época”, pero no he logrado obtener un ejemplar.

Esta semana les presento dos poemas de esta joven de los setentas.

Los traigo a pura memoria, de manera que si advierten algún error, sean indulgentes conmigo.

Que tengan bonita semana.

Mario



Poema 1

Yo quiero que me tengas como nueva,
yo quiero que me estrenes cada día,
yo quiero que me tengas como aquello

que no conoces mucho todavía.


Aunque pasen los años,

aunque pase la vida,

aunque pases tu mismo,
y aunque pase yo misma.


Yo quiero que me dejes sorprenderte,

yo amo tu pasión y mi desidia,
Yo quiero que rebusques en mis manos

lo que no se ha te perdido y lo consigas.

Aunque pasen los años,

aunque pase la vida,

aunque pases tu mismo,
y aunque pase yo misma.


Yo quiero que no vengas a buscarme

con el color de un lápiz de oficina,

yo quiero que tu sueño, se haga grito,

y que huelas a noche y a vendimia .

Aunque pasen los años,

aunque pase la vida,

aunque pases tu mismo,
y aunque pase yo misma.


Amo la anticostumbre,
con sus cadenas de humo
que no deja que el amor sea un producto de consumo,
que no deja que el amor sea un producto de consumo.


Gloria Martín



Poema 2

Yo tenía una almohada

Una casa sencilla,

Un perro, una escalera

y una estrella, amarilla…

Y esperaba la vida

Y eso era la vida.

Y era feliz del todo

Pero no lo sabía…

Pero no lo sabía…

Pero no lo sabía…


Gloria Martín


Lunes 29 de Enero de 2007


Esta semana, en el poema de lunes, presento una muestra de la poesía de Pedro Lezcano, poeta canario.

Su poesía me llegó a través de unos amigos canarios que conocí a mediados de los años 90, mientras construía en Las Terrenas, Samaná.

Creo que ya murió, pero a mediados de los 90 era un viejito encantador, a juzgar por las fotos que pude ver de él.

Aquí presento dos poemas: “Oda a la muchacha de la paz” y “Soneto irreverente”.

Que tengan una bonita semana.

Mario


Oda a la muchacha de la paz

Yo vi mi luz primera en unos ojos
Serenos de muchacha.
Y si nacer es ver la luz primera,
Mujer, tú eres mi patria.

Aprendí desde entonces
que mi patria era hembra y era ancha
y que en su vientre, henchido de futuro,
Estaba la esperanza.

Cuando digo mujer digo sus hijos
Y digo el agua clara que los baña
Y digo el horizonte al que se asoma
Cuando espera mi vuelta en la ventana.
Cuando digo mujer digo mujeres
En todas las ventanas asomadas
Sobre las anchas tierras
Que junto al hombre labran…

Dulce muchacha América,
Dulce señora África,
Dulce mujer Europa,
Dulce novia Canarias.
Mi patria es cualquier sitio
Donde la paz se asoma a la ventana.

Y no donde los hombres y los buitres
Viven de la carroña y la guadaña,
Donde los carniceros de la guerra
Venden a bajo precio las entrañas.

¡Hay que matar la muerte,
Ganar a la violencia la batalla!
Por la muchacha universal que espera:
Su corazón es un tambor que llama.
Compatriotas del amor, unámonos
En el himno de amor de su palabra,
Bajo el mando estrellado de sus ojos,
Tras la bandera limpia de su falda.



Pedro Lezcano, poeta canario.



Soneto Irreverente
 
Señor, pero no ves que me marchita
Este vivir sin grito y sin errata.
Que pereceré ahorcado en la corbata
Mudo en la silla vil de la visita

Que esta cláusula eterna, esta maldita
Pauta de seriedad me maniata
Que mi sangre, encharcada de sensata,
En un pozo de hiel se precipita.

Acaba ya, Señor, este divino
Cuadro para el que sirvo de modelo
Acaba y paga, y cámbiame el destino,

Págame sí, mi sueldo, que me hielo.

Págamelo en locura, en sangre, en vino
En libertad, en flor, en canto, en vuelo.
Pedro Lezcano, poeta canario.



Lunes 22 de Enero de 2007

Hermanos:

Fieles a este ritual de inicio de semana, aquí va la entrega de este lunes.

Se trata de una muestra de poemas de Oliverio Girondo, poeta argentino, nacido en Buenos Aires (1891 – 1967).

Conocí su poesía al ver la película “El lado oscuro del corazón”, producción argentina dirigida por Eliseo Subiela. Me gustó tanto la película que la compré, de manera que ya tienen mi compromiso de que la veamos en algún momento. Pongan fecha que yo asisto.

Aquí va la muestra de su poesía.

Que tengan una bonita semana.

Mario


VISITA

No estoy.
No la conozco.


No quiero conocerla.


Me repugna lo hueco,
la afición al misterio,
el culto a la ceniza,
a cuanto se disgrega.


Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
ni me tienta el reposo.


Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.


No estoy para lo inmóvil,
para lo inhabitado.

Cuando venga a buscarme,
díganle:

se ha mudado.

¡AZOTADME!

Azotadme!
Aquí estoy,
¡azotadme!
Merezco que me azoten.
No lamí la rompiente,
la sombra de las vacas,
las espinas,
la lluvia;
con fervor,
durante años;
descalzo,
estremecido,
absorto,
iluminado.
No me postré ante el barro,
ante el misterio intacto
del polen,
de la cama,
del gusano,
del pasto;
por timidez,
por miedo,
por pudor,
por cansancio.
No adoré los pesebres,
las ventanas heridas,
los ojos de los burros,
los manzanos,
el alba;
sin restricción,
de hinojos,
entregado,
desnudo,
con los poros erectos,
con los brazos al viento,
delirante,
sombrío;
en comunión de espanto,
de humildad,
de ignorancia,
como hubiera deseado...
¡como hubiera deseado!

Oliverio Girondo


Lunes 15 de Enero de 2007

Hermanos:

Fiel a este ritual de inicio de semana, aquí les envío este poema de lunes.

En esta oportunidad se trata de dos textos en prosa de Eduardo Galeano de “El Libro de los Abrazos”

Mi primer libro de los abrazos llegó a mis manos como debe llegar el libro de abrazos, de manos de un amigo que me abrazó con él, con el compromiso de mi parte, de abrazar a otros más adelante, hasta que en algún momento regresara a su dueño original para iniciar de nuevo el recorrido.

Ese primer libro de los abrazos ya desanduvo y regresó a su dueño; pero yo me quedé con el vacío que generó su ausencia y compré otro que actualmente recorre sus caminos.

Que tengan una bonita semana.

Mario


La función del lector

Era el medio siglo de la muerte de César Vallejo, y hubo celebraciones.

En España, Julio Vélez organizó conferencias, seminarios, ediciones y una exposición que ofrecía imágenes del poeta, su tierra, su tiempo y su gente.

Pero en esos días Julio Vélez conoció a José Manuel Castañón; y entonces todo homenaje le resultó enano.

José Manuel Castañón había sido capitán en la guerra española. Peleando por Franco había perdido una mano y había ganado algunas medallas.

Una noche, poco después de la guerra, el capitán descubrió, por casualidad, un libro prohibido. Se asomó, leyó un verso, leyó dos versos, y ya no pudo desprenderse.

El capitán Castañón, héroe del ejército vencedor, pasó toda la noche en vela, atrapado, leyendo y releyendo a César Vallejo, poeta de los vencidos.

Y al amanecer de esa noche, renunció al ejército y se negó a cobrar ni una peseta más del gobierno de Franco.

Después, lo metieron preso; y se fue al exilio.



Crónica de la ciudad de Quito


En las manifestaciones de izquierda, desfila a la cabeza. Suele asistir a los actos culturales, aunque lo aburren, porque sabe que después hay farra. Le gusta el ron, sin hielo ni agua, pero que sea cubano.

Respeta los semáforos. Camina Quito de punta a punta, al derecho y al revés, recorriendo amigos y enemigos. En las subidas, prefiere el ómnibus, y se cuela sin pagar boleto. Algunos choferes le tiran la bronca: cuando se baja, le gritan tuerto de mierda.

Se llama Choco y es buscabronca y enamorado. Pelea hasta con cuatro a la vez; y en las noches de luna llena, se escapa a buscar novias. Después cuenta, alborotado, las locas aventuras que viene de vivir. Mishy no le entiende los detalles, aunque le capta el sentido general.

Una vez, hace años, se lo llevaron muy fuera de Quito. La comida no alcanzaba, y resolvieron dejarlo en el lejano pueblo donde había nacido. Pero volvió. Al mes, volvió. Llegó a la puerta de su casa y se quedó ahí tirado, sin fuerza para celebrarlo moviendo el rabo, ni para anunciarlo ladrando. Había andado por muchas montañas y avenidas y llegó en las últimas, hecho una piltrafa, los huesos a la vista, el pellejo sucio de sangre seca. Desde entonces odia los sombreros, los uniformes y las motocicletas.


Eduardo Galeano (El Libro de los Abrazos)

Lunes 8 de Enero de 2007

Hermanos:

Aquí les envío una muestra de la poesía de Carilda Oliver Labra.

Carilda es de Matanzas, Cuba. Actualmente debe tener setenta y tantos años (me pueden corregir los Nande -.Suarez) y al final de su vida encontró un amor joven.

Vive en Mantanzas, su pueblo natal, con su amante y sus gatos.

Conocí su poesía en un viaje a La Habana y quedé tan impresionado que le envié una carta, quizás debo decir, una botella al mar, porque solamente puse su nombre y Matanzas, por única dirección.

No se si habrá llegado la botella, pero en ella le decía cuanto me gustaba su poesía.

Aquí va la muestra.

Les recuerdo que si tienen a alguien que desee recibir estos poemas de lunes, solamente me tienen que dar su correo electrónico y yo lo añadiré a la lista.

Que tengan bonita semana.


CARILDA


Traigo el cabello rubio; de noche se me riza.
Beso la sed del agua, pinto el temblor del loto.
Guardo una cinta inútil y un abanico roto.
Encuentro ángeles sucios saliendo en la ceniza.

Cualquier música sube de pronto a mi garganta.
Soy casi una burguesa con un poco de suerte:
mirando para arriba el sol se me convierte
en una luz redonda y celestial que canta...

Uso la frente recta, color de leche pura,
y una esperanza grande, y un lápiz que me dura;
y tengo un novio triste, lejano como el mar.

En esta casa hay flores, y pájaros, y huevos,
y hasta una enciclopedia y dos vestidos nuevos;
y sin embargo, a veces... ¡qué ganas de llorar!



ME DESORDENO AMOR, ME DESORDENO

Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada;
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada;
me desordeno, amor, me desordeno.

Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;

y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.



MUCHACHO

Muchacho loco: cuando me miras
solemnemente de arriba abajo
siento que arrancas tiras y tiras
de mi refajo.

Muchacho cuerdo: cuando me tocas
como al descuido la mano, a veces,
siento que creces
y que en la carne te sobran bocas.

Y yo: tan seria, tan formalita,
tan buena joven, tan señorita,
para ocultarte también mi sed

te hablo de libros que no leemos,
de cosas tristes, del mar con remos;
te digo, usted...

Carilda Oliver Labra


Lunes 1 de Enero de 2007

Hermanos:

Aquí les envío un poema que también ha sido musicalizado, para iniciar el año con buen pie.

Perdonen el lunes pasado, pero estuve en alta mar y aunque lo intenté, me fue imposible enviarlo.

En esta entrega se trata de un poema de Mario Benedetti, uruguayo gigante. Espero que les guste.

Un abrazo,

Mario.

PD: Los poemas de lunes los publico en www.poemadelunes.blogspot.com

Si saben de algún amigo o amiga que desee recibirlos semanalmente, que me envíe su correo, yo le añado a la lista.




Estados de ánimo

 
   Unas veces me siento
   como pobre colina
   y otras como montaña
   de cumbres repetidas.
 
   Unas veces me siento
   como un acantilado
   y en otras como un cielo
   azul pero lejano.
 
   A veces uno es
   manantial entre rocas
   y otras veces un árbol
   con las últimas hojas.
 
   Pero hoy me siento apenas
   como laguna insomne
   con un embarcadero
   ya sin embarcaciones
 
   una laguna verde
   inmóvil y paciente
   conforme con sus algas
   sus musgos y sus peces,
 
   sereno en mi confianza
   confiando en que una tarde
   te acerques y te mires,
   te mires al mirarme.
 
      Mario Benedetti

Lunes 18 de Diciembre de 2006

Todos los lunes envío a mis amigos, un poema de lunes.

Un ritual de inicio de semana.


Hermanos:

La de Paolo y Francesca es una historia de amor como la de Romeo y Julieta.

Los Da Polenta, que eran la familia de Francesca, tenían problemas con los Malatesta, que eran la familia de Paolo.

Para lograr una paz entre ambos, Guido Da Polenta, padre de Francesca, ofreció la mano de su hija en matrimonio a Giangiotto Malatesta, hijo mayor de Malatesta Da verucchio.

Giangiotto era feo y deforme y se las arreglaron para que la boda se realizara por medio del hermano de Giangiotto como representante de él.

Este hermano de Giangiotto era Paolo, un joven bien parecido quien al conocer a Francesca se enamoró de ella y al mismo tiempo ella también de él.

Cuando Francesca descubrió el engaño de que había sido objeto, su decepción fue total y al mismo tiempo marcó para siempre su amor por Paolo.

El destino de los amantes fue la muerte.

Esta historia nos llega a través de Dante y en la entrega de este lunes Neruda la toma como tema de su poema Ivresse que significa embriaguez o borrachera en francés.

IVRESSE

Hoy que danza en mi cuerpo la pasión de Paolo
y ebrio de un sueño alegre mi corazón se agita:
hoy que sé la alegría de ser libre y ser solo
como el pistilo de una margarita infinita;

oh mujer —carne y sueño—, ven a encantarme un poco,
ven a vaciar tus copas de sol en mi camino.
Que en mi barco amarillo tiemblen tus senos locos
y ebrios de juventud, que es el más bello vino.

Es bello porque nosotros lo bebemos
en estos temblorosos vasos de nuestro ser
que nos niegan el goce para que lo gocemos.
Bebamos.
Nunca dejemos de beber.

Nunca, mujer, rayo de luz, pulpa blanca de poma,
suavices la pisada que no te hará sufrir.
Sembremos la llanura antes de arar la loma.
Vivir será primero, después será morir.

Y después que en la ruta se apaguen nuestras huellas
y en el azul paremos nuestras blancas escalas
—flechas de oro que atajan en vano las estrellas—,
oh Francesca, hacia dónde te llevarán mis alas!

Pablo Neruda

Lunes 20 de Noviembre de 2006


Hermanos:

Fiel a la costumbre de enviarles un poema los lunes, aquí les envío dos textos que no son poemas en el sentido estricto del vocablo pero definitivamente poemas por la belleza de las metáforas que encierran.

Que lo disfruten y que tengan una bonita semana.

Mario Berges


La función del arte /1


Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff,l o llevó a descubrirla.

Viajaron al sur. Ella, la mar, estaba mas allá de los altos médanos, esperando.

Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas dunas de arena, después de mucho caminar, la mar estallo ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor que el niño quedó mudo de hermosura.

Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre:

- ¡Ayúdame a mirar!

Eduardo Galeano



Ventana sobre el mar

No está clavada a un lugar.

Las montañas y los árboles tienen el destino en la raiz; pero la mar ha sido, como nosotros, condenada a la vida vagabunda.

Aires de marinería: nosotros, hombres de la costa, hemos sido hechos de mar, además de tierra.

Y bien lo sabemos, aunque no lo sepamos, cuando vamos navegando en el oleaje de las calles de la ciudad, de café en café, y a través de la bruma viajamos hacia el puerto o naufragio que esta noche nos espera.

Eduardo Galeano

Lunes 13 de Noviembre 2006




Todos los lunes envío a mis amigos, un poema de lunes.

Un ritual de inicio de semana.




Maternidad

Mujer: en un silencio que me sabrá a ternura,
durante nueve lunas crecerá tu cintura;
y en el mes de la siega tendrás color de espiga,
vestirás simplemente y andarás con fatiga.

El hueco de tu almohada tendrá un olor a nido,
y a vino derramado nuestro mantel tendido.
Si mi mano te toca, tu voz, con la vergüenza,
se romperá en tu boca lo mismo que una copa.

El cielo de tus ojos será un cielo nublado.
Tu cuerpo todo entero, como un vaso rajado
que pierde un agua limpia. Tu mirada un rocío.
Tu sonrisa, la sombra de un pájaro en el río...

Y un día, un dulce día, quizá un día de fiesta
para el hombre de pala y la mujer de cesta;
el día en que las madres y las recién casadas
vienen por los caminos a las misas cantadas.

El día que la moza luce su cara fresca,
y el cargador no carga, y el pescador no pesca...
-tal vez el sol deslumbre; quizá la luna grata
tenga catorce noches y espolvoree plata
sobre la paz del monte; tal vez en el villaje
llueva calladamente; quizá yo esté de viaje...

Un día, un dulce día, con manso sufrimiento,
te romperás cargada como una rama al viento,
y será el regocijo de besarte las manos,
y de hallar en el hijo tu misma frente simple,

tu boca, tu mirada…, y un poco de mis ojos,

un poco…, casi nada.

Don José Pedroni

Poeta Argentino