domingo, 30 de septiembre de 2012

Lunes 1 de octubre de 2012




Hermanos:

Ocurrió así:

Eran tres amigos que apenas iniciaban la adolescencia y que, con las primeras sombras de la noche, conversaban junto a la hoguera en el ambiente privilegiado de la sierra.

A los trece años, de lo único que puede hablar con seriedad el hombre, es de ellas, y de eso hablaban: 

-Que si a mi me gusta Margarita…

-Que Rosanna se está explotando de buena…

-Coño y la tengo al lado todo el día… , decían…

-Yo no puedo ni mirar para atrás porque Rosy viene con esa faldita…, decían…

-Que buena está…, muchas veces dijeron.

Eran, el olfato del sexo buscando la pareja.

Hay que ser hombre y haber tenido trece, para saber lo que hace una mujer con ese joven.

Los tres celebraban a las mejores hembras y a mi me dejaban estar bajo un alegato de "tío cómplice", que yo disfrutaba plenamente.

En algún momento le preguntaron:

¿Y a ti, que no te has decidido por ninguna, cuál es la que de verdad te desborona?

El joven de trece guardó un breve silencio reflexivo y luego dijo:

- "A mí no me gustan las que están buenas, a mí me gustan las que son bonitas."

Poeta de trece.

Hasta aquí el relato,  ahora a lo nuestro.

Existe una versión de la historia de La Caperucita que me ha conmovido desde niño. Es un breve poema de Francisco Villaespesa, poeta y dramaturgo español que vivió algún tiempo en Santo Domingo. Aquí les dejo su Caperucita

Que tengan bonita semana.

Mario


Caperucita

Caperucita, la más pequeña
de mis amigas, ¿En dónde está?
-Al viejo bosque se fue por leña
por leña seca para amasar.

-Caperucita, di, ¿No ha venido?
¿Cómo tan tarde no regresó?
-Tras ella todos al bosque han ido
pero ninguno se la encontró.

-Decidme niños ¿ Qué es lo que pasa?
¿Qué mala nueva llegó a la casa?
¿Por qué esos llantos? ¿Por qué esos gritos?
¿Caperucita no regresó?

-Sólo trajeron sus zapatitos,
¡Dicen que el lobo se la comió!

lunes, 24 de septiembre de 2012

DESPERTAR




Una canción sobre la alfabetización en Cuba.
Abrazos.
Vicente
 

DESPERTAR

 

Cuántas cosas ya puedo decirte

porque al fin he aprendido a escribir.

Ahora puedo decir que te quiero,

ahora sí te lo puedo decir.

 

En las quietas arenas del río,

en el tronco de aquel flamboyán

voy poniendo tu nombre y el mío,

que enlazados por siempre estarán.

 

Yo sabía leer en tus ojos

lo que tu alma me quería decir.

Ahora puedo leerlo en tus cartas,

ahora empiezo, mi amor, a vivir.

Ya la Patria me ha dado un tesoro:

he aprendido a leer y a escribir.

Ya la Patria me ha dado un tesoro:

He aprendido a leer y a escribir.

 

Eduardo Saborit, 1961


Enviado desde mi iPad

domingo, 23 de septiembre de 2012

Lunes 24 de septiembre de 2012



Hermanos:

Estoy fuera de Santo Domingo en unas vacaciones de fin de semana largo, aprovechando el feriado de mañana lunes. De manera que esta será una breve.

Ha sido una semana muy activa en todo lo referente a las luchas sociales. Lo más relevante es que estamos aprovechando el debate sobre el Pacto Fiscal para hacer progresos en la articulación del movimiento social y sindical. Incluso se hacen esfuerzos por llegar a consenso con el sector empresarial y ya se han dado pasos importantes.

En el ámbito de la lucha por una educación digna todos los indicios apuntan a que en esta administración existe la voluntad política para hacer realidad el anhelado sueño. Nada que no fuese propicio. La lucha ahora como se perfila es contra la corrupción: Pedir la cabeza de aquel que se atreva a distraer los recursos asignados a esa educación digna.

Bien, ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo un poema de José María Rodríguez Olaizola, jesuita, y que vengo rumiando todo el fin de semana.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com


La lógica de Dios

Me dicen que triunfe a toda costa,

que pise fuerte, sin vacilar jamás,

mostrando siempre dominio

de las situaciones,

de las gentes,

de mí mismo.

Me dicen que escriba mi nombre

con letras hermosas en tarjeta noble,

que la impresión es lo que cuenta

y hay que lucir estilo,

títulos, rango y riqueza.

Me dicen que me cerciore

de tener todo bien atado,

de asegurar el futuro,

de dominar el presente,

para así vivir al límite.

Pero llegas tú y te ríes de esos consejos,

y me dices que desde arriba

no se ve a las personas,

que escriba mi nombre

en las horas regaladas,

en las puertas abiertas de mi vida,

en las manos ofrecidas

para apoyar al próximo.

Llegas tú y descolocas mi orden,

y me dices que salte al vacío.

Y me recuerdas que es en los sencillos,

los mansos, los pequeños y los pobres

donde está la Vida sin límite.










domingo, 16 de septiembre de 2012

Lunes 17 de septiembre de 2012


Hermanos:

No es particularmente adivino ni vidente aquel que profetiza que parirá limones la mata de limón. Puede que un huracán la arranque de raíz mucho antes de que la profecía se cumpla, pero igual, si llegaba a parir, serían limones.

El ser humano que somos hoy es el resultado de interacciones con otros seres humanos, con el medio ambiente, en fin, con todo lo que nos relacionamos; pero es una interacción activa porque participamos con nuestra decisión. La historia de nuestra vida es la historia de las decisiones tomadas, sean estas conscientes o no. Por eso es tan importante hurgar nuestro interior hasta conocer la semilla de qué se está gestando en mi. ¿Qué pariré si permito que esta semilla llegue a madurar?

Contrario al limonero, el ser humano tiene libre albedrío, y aquí, a favor y por respeto al limonero, debo decir que siento que quizás en cierto grado también el limonero, por ser vida, tiene libre albedrío: Quizás un limonero utilizó su fotosíntesis para lucir más verde; mientras el otro limonero, a su lado, la utilizó para tener raíces más profundas. El huracán separó los destinos.

Pero volvamos al ser humano. La brisa suave de una idea puede anidar el corazón humano. Si ya anidó, entonces es semilla, y es preciso saber la semilla de qué se está gestando en mi.

Dice el texto chino: "Una buena acción no es suficiente para salvarse. Una mala acción no es suficiente para perderse. Así, el hombre vulgar, no hace buenas acciones y llena su vida de malas acciones hasta que su culpa lo lleva a un cepo que hiere sus orejas"

¿Qué pariré si permito que esta semilla llegue a madurar? Esa es una gran pregunta que requiere oración y respuesta.

Bien, ahora a lo nuestro.

Hoy el destino es fatal como la flecha. No tengo alternativa. Les voy a presentar un poema de Jorge Luis Borges sobre el I-Ching, el texto chino al que hemos hecho referencia.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com

 

 

Para una versión del I-Ching

 

El porvenir es tan irrevocable
como el rígido ayer.


No hay una cosa que no sea una letra silenciosa
de la eterna escritura indescifrable
cuyo libro es el tiempo.

 

Quien se aleja de su casa ya ha vuelto.

Nuestra vida es la senda futura y recorrida.


El rigor ha tejido la madeja.


No te arredres. La ergástula es oscura,
la firme trama de incesante hierro,
pero en algún recodo de tu encierro
puede haber una luz, una hendidura.


El camino es fatal como la flecha.
Pero en las grietas esta Dios que acecha.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Lunes 10 de septiembre 2012




Hermanos:

"Es septiembre y las uvas están por madurar..."

Estamos a días de una gran victoria del pueblo dominicano. Todo parece indicar que el anhelado reclamo de que se cumpla la ley y se asigne un 4% del PIB a la educación dominicana está a días de hacerse realidad. Y será una gran victoria porque el nuestro, es un pueblo de muchas luchas y muy pocas victorias. Siempre aparece alguno que encuentra la fórmula para burlar al pueblo.

Parece que en esta oportunidad la victoria está garantizada porque el nuevo gobierno ha hecho suyo el reclamo y es él quien levanta la bandera del 4%.

De manera que como dije al inicio, en versos de Serrat: "Es septiembre y las uvas están por madurar..."

En otro orden les comento que parece ser que todos los elementos de esta realidad que experimentamos y llamamos vida, están íntimamente relacionados, tan íntimamente, que dos partículas que en algún momento se relacionaron, a partir de ese momento cualquier cambio en una se refleja en la otra de manera instantánea, sin mediar tiempo, no importa la distancia a que se encuentren. Si añadimos el hecho de que todas las partículas del Universo estuvieron relacionadas momentos antes del Big-Bang, podemos con toda propiedad añadirle este verso al poema de la vida: "No se muere una flor sin que tiemble una estrella"

Bien, ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo un poema marino de Ángel González. Me siento atraído por el mar, por todo lo marino, de manera total y sin reservas . A mi no hay que explicarme el origen marino de la especie. Algún coral, alguna mantarraya, fue la abuela común de los humanos. Disfrútenlo.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com



Alga quisiera ser, alga enredada...

 

Alga quisiera ser, alga enredada,
en lo más suave de tu pantorrilla.
Soplo de brisa contra tu mejilla.
Arena leve bajo tu pisada.

Agua quisiera ser, agua salada
cuando corres desnuda hacia la orilla.
Sol recortando en sombra tu sencilla
silueta virgen de recién bañada.

Todo quisiera ser, indefinido,
en torno a ti: paisaje, luz, ambiente,
gaviota, cielo, nave, vela, viento…

Caracola que acercas a tu oído,
para poder reunir, tímidamente,
con el rumor del mar, mi sentimiento.





domingo, 2 de septiembre de 2012

Lunes 3 de septiembre de 2012



Hermanos:

El texto chino ancestral dice: "El fuego debajo y el cielo arriba: Así es la comunidad de hombres libres".

Así debería ser la sociedad.

El fuego que llamea hacia el cielo da la imagen de la comunidad de hombres libres. Será duradera y sostenible si cada miembro está libre de segundas intenciones y coloca el bien común en el centro de sus deseos. Cuando aparece un hombre o un grupo de hombres que, sustituyendo a Dios, intenta ordenar la vida para su propio y único provecho, esclavizando de ese modo al resto de los hombres, inmediatamente la llama empieza a apagarse. Así se nace  la politiquería, el clientelismo, la corrupción, el abuso de poder, la manipulación de la información, la injusticia, la falta de equidad, la pobreza y toda la cadena de males que conocemos en esa comunidad de hombres. Ya no se trata de una comunidad de hombres libres. Así nace la sociedad como la conocemos: de amos y esclavos.

Cuando hablamos de comunidad de hombres puede tratarse de una comunidad tan pequeña como el núcleo familiar o tan grande como esta humanidad que habita nuestra Tierra y es importante saber esto porque si bien es cierto que las grandes comunidades no son de hombres libres, en las pequeñas y medianas puede darse el milagro de que sean comunidades de hombres libres, en donde no hay segundas intenciones y todos sus miembros colocan el bien común en el centro de sus deseos y metas. Vivir esa experiencia nos deja grabado en el alma un aroma de cielo.

Aquí debo pedir la venia de todas las lectoras porque siempre hablé de comunidad de "hombres" y evidentemente incluí a la mujer bajo ese genérico. Lo hice para respetar el texto ancestral chino.

Bien, ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo a Rubén Darío, un clásico de la poesía latinoamericana, con un poema noble: Cosas del Cid. Disfrútenlo.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com


Cosas del Cid

Cuenta Barbey, en versos que valen bien su prosa,
una hazaña del Cid, fresca como una rosa,
pura como una perla.  No se oyen en la hazaña
resonar en el viento las trompetas de España,
ni el azorado moro las tiendas abandona
al ver al sol el alma de acero de Tizona.

Babieca descansando del huracán guerrero,
tranquilo pace, mientras el bravo caballero
sale a gozar del aire de la estación florida. 


Ríe la Primavera, y el vuelo de la vida
abre lirios y sueños en el jardín del mundo.
Rodrigo de Vivar pasa, meditabundo,
por una senda en donde, bajo el sol glorioso,
tendiéndole la mano, le detiene un leproso.

Frente a frente, el soberbio príncipe del estrago
y la victoria, joven, bello como Santiago,
y el horror animado, la viviente carroña
que infecta los suburbios de hedor y de ponzoña.

Y al Cid tiende la mano el siniestro mendigo,
y su escarcela busca y no encuentra Rodrigo.
—¡Oh, Cid, una limosna! —dice el precito.
                                                                        —Hermano,
¡te ofrezco la desnuda limosna de mi mano!
—dice el Cid; y, quitando su férreo guante, extiende
la diestra al miserable, que llora y que comprende.

Tal es el sucedido que el condestable escancia
como un vino precioso en su copa de Francia.
Yo agregaré este sorbo de licor castellano:

Cuando su guantelete hubo vuelto a la mano,
el Cid siguió su rumbo por la primaveral
senda.  Un pájaro daba su nota de cristal
en un árbol.  El cielo profundo desleía
un perfume de gracia en la gloria del día. 


Las ermitas lanzaban en el aire sonoro
su melodiosa lluvia de tórtolas de oro;
el alma de las flores iba por los caminos
a unirse a la piadosa voz de los peregrinos
y el gran Rodrigo Díaz de Vivar, satisfecho,
iba cual si llevase una estrella en el pecho. 


Cuando de la campiña, aromada de esencia
sutil, salió una niña vestida de inocencia,
una niña que fuera una mujer, de franca
y angélica pupila, y muy dulce y muy blanca. 


Una niña que fuera un hada, o que surgiera
encarnación de la divina Primavera.

Y fue al Cid y le dijo: «Alma de amor y fuego,
por Jimena y por Dios un regalo te entrego,
esta rosa naciente y este fresco laurel».

Y el Cid, sobre su yelmo las frescas hojas siente,
en su guante de hierro hay una flor naciente,
y en lo íntimo del alma como un dulzor de miel.