martes, 28 de septiembre de 2010

Lunes 27 de septiembre de 2010



Hermanos:

La estrella de la semana pasada resultó ser Marina de la Riva, la hermosa brasileña que canta la canción cubana "Ojos malignos", a la cual hicimos referencia en la entrega anterior. Parece ser que Marina cautivó a la comunidad masculina de poema de lunes. La verdad es que Marina es una hermosa mujer y arrulla con su voz. Sigan el enlace y disfruten de su magia.

Mañana lunes voy a Puerto Rico a un entrenamiento en 'tierra armada". Nadie vaya a pensar que cansado de predicar ciudadanía, quijoteurbano decidió entrenarse en armar la tierra pensando en la toma del poder político. Nada de eso.  Seguiremos predicando ciudadanía. Tierra armada se refiere a un material compuesto, formado por tierra y  por una malla polimérica (la armadura). Con ese material compuesto es posible construir terraplenes con talud vertical sin necesidad de muro de contención. Yo me voy a entrenar en esas artes.

Les comento que tengo unos amigos que mañana lunes inician el Camino de Santiago. Estos cinco amigos harán un recorrido de unos 300 Km en 7 días, a pie,  hasta llegar a Santiago de Compostela. Desconozco el punto de salida y parece que están respetando las reglas de apagar el celular porque no he podido comunicarme con ellos para informarme. De todos modos en algún momento recibirán poema de lunes y aquí va nuestro saludo para José, Jaime, Rafael, Eddy y Anibal. Adelante, aquí los esperamos con las historias!!!

Bien, ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo a Emilio Ballagas, cubano de Camagüey, nacido en 1908 y fallecido en La Habana en 1954.

Disfruten su poesía.

Que tengan bonita semana.

Mario


Nocturno y elegía

Si pregunta por mí, traza en el suelo
una cruz de silencio y de ceniza
sobre el impuro nombre que padezco.
Si pregunta por mí, di que me he muerto
y que me pudro bajo las hormigas.
Dile que soy la rama de un naranjo,
la sencilla veleta de una torre.

No le digas que lloro todavía
acariciando el hueco de su ausencia
donde su ciega estatua quedó impresa
siempre al acecho de que el cuerpo vuelva.
La carne es un laurel que canta y sufre
y yo en vano esperé bajo su sombra.
Ya es tarde. Soy un mudo pececillo.

Si pregunta por mí dale estos ojos,
estas grises palabras, estos dedos;
y la gota de sangre en el pañuelo.
Dile que me he perdido, que me he vuelto
una oscura perdiz, un falso anillo
a una orilla de juncos olvidados:
dile que voy del azafrán al lirio.

Dile que quise perpetuar sus labios,
habitar el palacio de su frente.
Navegar una noche en sus cabellos.
Aprender el color de sus pupilas
y apagarse en su pecho suavemente,
nocturnamente hundido, aletargado
en un rumor de venas y sordina.

Ahora no puedo ver aunque suplique
el cuerpo que vestí de mi cariño.
Me he vuelto una rosada caracola,
me quedé fijo, roto, desprendido.
Y si dudáis de mí creed al viento,
mirad al norte, preguntad al cielo.
Y os dirán si aún espero o si anochezco.

¡Ah! Si pregunta dile lo que sabes.
De mí hablarán un día los olivos
cuando yo sea el ojo de la luna,
impar sobre la frente de la noche,
adivinando conchas de la arena,
el ruiseñor suspenso de un lucero
y el hipnótico amor de las mareas.

Es verdad que estoy triste, pero tengo
sembrada una sonrisa en el tomillo,
otra sonrisa la escondí en Saturno
y he perdido la otra no sé dónde.
Mejor será que espere a medianoche,
al extraviado olor de los jazmines,
y a la vigilia del tejado, fría.

No me recuerdes su entregada sangre
ni que yo puse espinas y gusanos
a morder su amistad de nube y brisa.
No soy el ogro que escupió en su agua
ni el que un cansado amor paga en monedas.
¡No soy el que frecuenta aquella casa
presidida por una sanguijuela!

(Allí se va con un ramo de lirios
a que lo estruje un ángel de alas turbias.)
No soy el que traiciona a las palomas,
a los niños, a las constelaciones...
Soy una verde voz desamparada
que su inocencia busca y solicita
con dulce silbo de pastor herido.

Soy un árbol, la punta de una aguja,
un alto gesto ecuestre en equilibrio;
la golondrina en cruz, el aceitado
vuelo de un búho, el susto de una ardilla.
Soy todo, menos eso que dibuja
un índice con cieno en las paredes
de los burdeles y los cementerios.

Todo, menos aquello que se oculta
bajo una seca máscara de esparto.
Todo, menos la carne que procura
voluptuosos anillos de serpiente
ciñendo en espiral viscosa y lenta.
Soy lo que me destines, lo que inventes
para enterrar mi llanto en la neblina.

Si pregunta por mí, dile que habito
en la hoja del acanto y en la acacia.
O dile, si prefieres, que me he muerto.
Dale el suspiro mío, mi pañuelo;
mi fantasma en la nave del espejo.
Tal vez me llore en el laurel o busque
mi recuerdo en la forma de una estrella.







domingo, 19 de septiembre de 2010

Lunes 20 de septiembre de 2010



Hermanos:

Ayer sábado regresé de Cuba, luego de un viaje inolvidable que compartí con mi tío Enrique de 80 años.

El motivo del viaje era encontrar las raíces de una rama de nuestros ancestros que la tradición familiar nos decía que había nacido en Santa Clara, Cuba. La investigación genealógica no produjo ningún resultado visible, pero abrió nuevos cursos de acción que continuamos investigando.

Yo conocía Cuba desde 1999 y esta debió ser la octava vez que visito la isla; pero en esta oportunidad pasé dos noches en sendas ciudades del interior y la calidez del cubano nos hizo sentir como en casa.

Las ciudades del interior visitadas fueron San Juan de los Remedios y Santa Clara.

Remedios es una ciudad colonial fundada a principios del siglo XVI, con su Plaza central y sus calles que serpentean como rayos de sol partiendo de la plaza. Tiene tres museos y en uno de ellos, el Museo Municipal de Historia, conocimos a María Victoria Fabregat, su Directora, quien nos dispensó un trato exquisito. En remedios, durante la cena, María y Erick nos deleitaron con una canción tradicional cubana que se llama "Ojos Malignos". Erick González Bello, que así se llama,  es historiador y actualmente trabaja en una investigación acerca de los europeos en Remedios.

Santa Clara es una ciudad más grande, colonial también y  de fundación más cercana en el tiempo. De hecho, se fundó como hija de Remedios. En Santa Clara también recibimos un trato exquisito de las personas que contactamos en relación a nuestra investigación. Conocimos a Marta Anido, una señora con ochenta y tantos años y memoria histórica de Santa Clara; y a  José Pared, investigador histórico de Santa Clara, quien también nos ayudó y quedó con el compromiso de continuar la búsqueda.

La última noche la pasamos con la Tropa Cósmica en La Habana, un reencuentro con amigos entrañables que aprovechamos para ponernos al día.

Nuestra gratitud para todos los cubanos que hicieron posible esta aventura inolvidable. A los contactos del Arzobispado, a los de la Iglesia de Reina, a las autoridades cubanas y a los miembros del Comité Central del Partido que tan bien nos trataron, reciban nuestra gratitud desde este Caribe que nos colma.

Aquí podrán encontrar las fotos del viaje y las fotos de la reunión con la Tropa.

Bien, ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo la letra de esa canción que nos cantaron María y Erick en Remedios. Además de la versión de María y Erick, quiero presentarles la versión de Marina de la Riva, cantante brasileña que logra cantar esta canción netamente cubana con ese toque que te hace sentir arrullado por las olas marinas.

Que tengan bonita semana

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com


Ojos malignos


Las miradas de tus ojos son tan sutiles
que penetran en el alma de quien los mire
y como soles irresistibles son sus destellos
que no puede uno mirarse, mirarse en ellos.

Que no puede uno mirarse, mirarse en ellos

Y como sabes que tus miradas tienen hechizo
miras con imprudencia y maleficio.
No me mires a los ojos porque no quiero
que tu mirar penetrante me deje ciego.

Que tu mirar penetrante me deje ciego.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Lunes 13 de septiembre de 2010





Hermanos:

Una entrega muy breve porque tengo el viaje a Cuba encima y aún no he terminado con los asuntos pendientes.

Les comento que estamos trabajando en una iniciativa de sociedad civil que busca proponer candidatos a los puestos de miembros de la Junta Central Electoral y la Cámara de Cuentas. Esos cargos serán elegidos por el Congreso Nacional y el plazo para la entrega de propuestas finaliza mañana. A pesar de que ya el Congreso debe tener bien cocinado el tema, el hecho de que la sociedad civil se articule ya es ganancia.

Estaré en Cuba desde mañana hasta el próximo sábado 18 de septiembre. Visitaré La Habana, Santa Clara y Remedios. El viaje es toda una aventura porque voy persiguiendo las raíces de mis ancestros, que la tradición familiar las ubican en Cuba.

A finales de los años noventa tomó forma en Internet una comunidad de seguidores de la obra de Silvio Rodríguez,  el mismo Silvio le dio el nombre de Tropa Cósmica a esa comunidad, que a partir de 1996 realizaba un encuentro anual que se celebraba un año en La Habana y el siguiente en cualquier otra ciudad que pidiera la sede, y el próximo de nuevo en La Habana.

En el año 2000 el encuentro fue en Santo Domingo, inolvidable. En esa oportunidad nos visitaron algo más de veinte cubanos, entre ellos Vicente Feliú, Samuel Aguila, Ihosvany Bernal, cantores de la trova cubana, de la nueva y la novísima trova cubana.

Como resultado de ese encuentro conocí a un grupo entrañable de amigos cubanos, con los cuales me encontraré el próximo viernes, horas antes de partir de regreso a Santo Domingo. De manera que la despedida será de corazón abierto, compartiendo con amigos muy queridos.

Bueno, ya les contaré del viaje y los encuentros. Ahora a lo nuestro.

Mary Carmen, seguidora de "poema de lunes" nos envió unos poemas de Martín Galas. No lo conocía, pero aquí les dejo su poesía.

Disfrútenla.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com


Quiero ser en tu vida

Quiero ser en tu vida algo más que un instante,
algo más que una sombra y algo más que un afán.
Quiero ser, en ti misma, una huella imborrable
y un recuerdo constante y una sola verdad.

Palpitar en tus rezos con temor de abandono.
Ser, en todo y por todo, complemento de ti.
Una sed infinita de caricias y besos;
pero no una costumbre de estar cerca de ti.

Quiero ser en tu vida una pena de ausencia
y un dolor de distancia y una eterna ansiedad.
Algo más que una imagen, y algo más que un ensueño
que venciendo caminos, llega, pasa y se va.

Ser el llanto en tus ojos, y en tus labios la risa.
Ser el fin y el principio. La tiniebla y la luz.
Y la tierra y el cielo; y la vida y la muerte.
Ser, igual que en mi vida, has venido a ser tú.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Lunes 6 de septiembre de 2010




Hermanos:

El martes pasado al iniciar la noche, ejerciendo mi oficio de quijoteurbano, asumí un pleito que no era mío y  tuve una discusión con el guagüero y el picher de una voladora y como resultado el picher preguntó de viva voz: ¿Y este viejo, será Vincho Castillo?

Para los amigos que no son dominicanos debo explicar que la voladora es un autobús de transporte público (también llamada guagua en Santo Domingo), el guagüero es el chofer, y el picher es el ayudante del chofer, que cobra los pasajes, ayuda a los pasajeros a subir y se lanza a las calles a abrirle camino a la guagua en las intersecciones congestionadas. Vincho Castillo por su parte, es un abogado y político dominicano reconocido, entre otras cosas, por la pasión con que defiende sus ideas.

A mi me ha hecho mucha gracia el incidente porque es la segunda vez que formalmente se me hace ver que tengo canas. Parece que no es tan obvio que soy un niño de cincuenta y cuatro años con canas prematuras.

Comenté lo ocurrido con mi hijo Mario Ernesto y él me hizo una reflexión que me ha iluminado, me dijo: Papá, la realidad de Santo Domingo se comprende mejor y todo encaja si la vemos teniendo como marco de referencia que estamos en una pachanga y todos estamos ingiriendo alcohol.

Gran reflexión. Hemos trasladado al ámbito de las relaciones sociales, las relaciones que se verifican en una pachanga, tomando tragos.

El guaguero de la historia había tomado el carril en vía contraria hacia el Sur y se había encontrado con un conductor que iba hacia el Norte por el mismo carril y  que con todo su derecho le había impedido el paso. Estaban los dos frente a frente a las 8:00 PM de ese martes, en la Avenida Máximo Gómez de Santo Domingo. Cuando yo, desde mi vehículo, pasé a su lado, el guagüero me dijo refiriéndose al conductor del vehículo que le cerraba el paso: "Mire, con tanto espacio y este hombre de terco..."

Si lo vemos desde la perspectiva de la pachanga, el guagüero tiene razón: Yo me estoy tomando mi trago, diría el guagüero, y viene este hombre, con tanto espacio, a dañarme la bebida.

La democracia, el orden en el tránsito, el respeto a la ley, la lucha contra la corrupción y el ejercicio de ciudadanía en general, son todas realidades borrosas, no muy definidas y relegadas a los últimos lugares de importancia. Lo que importa es vivir este día, inmerso en la pachanga. Así andamos.

A mi me acomoda la idea de la pachanga, lo confieso; pero también sé que hay quienes no están bebiendo, aunque dicen estar en la pachanga y se hacen ricos y se lucran con toda suerte de malas artes, aprovechando que no hay ciudadanía que los enfrente. Soy consciente de eso y eso mismo me daña la bebida.

Bueno, los he abrumado con tanto tránsito y tanta locura, pasemos a lo nuestro.

El próximo lunes 13 de septiembre estaré en La Habana, Cuba, donde tengo grandes amigos y hoy les traigo a Julia de Burgos, poeta puertorriqueña del siglo pasado con un poema a José Martí, cubano y antillano.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com


A José Martí
  (mensaje)
Yo vengo de la tierna mitad de tu destino;
del sendero amputado al rumbo de tu estrella;
el último destello del resplandor andino,
que se extravió en la sombra, perdido de tu huella.

Yo vengo de una isla que tembló por tu trino,
que izó tu alma más fuerte, tu llamada más bella;
a la que diste sangre, como diste camino
(que al caer por tu Cuba, ya caíste por ella).

Y por ella, la América debe un soplo a tu lumbre;
su tiniebla hace un nudo de dolor en tu cumbre,
recio Dios antillano, pulso eterno, Martí.

Porque tengamos cerca de la muerte, un consuelo,
Puerto Rico, mi patria, te reclama en su suelo,
y por mi voz herida, se conduce hasta ti!