miércoles, 17 de diciembre de 2008

Lunes 15 de diciembre de 2008




Hermanos:

Me decía una amiga muy querida que estas navidades se presentaban tristes. Me comentaba que el Obelisco, un hito emblemático de Santo Domingo que data de la era de Trujillo, aún no había sido adornado con el nacimiento y los bombillitos con que tradicionalmente se engalana desde que soplan los primeros aires de diciembre.

La verdad es que la crisis asoma y nosotros, dominicanos con el futuro que muere con el día, porque después de ahí solo llega la noche que es también una muerte, y luego renacer al nuevo día sorprendidos y alegres de estar vivos y volver a luchar una jornada y un futuro que muere con el día; no llegamos a entender la economía.

La economía nos duele en el estómago. Ya se han iniciado los despidos en el sector de Zonas Francas, que es un sector muy dependiente del mercado internacional y particularmente del mercado financiero, es de esperarse que otros sectores económicos sigan el mismo camino.

Necesitaremos de Matilde. ¡Matilde o que entre el mar!

Creo que prácticamente todos conocen a Matilde, pero si alguno no la conoce aquí está su historia: "Matilde: La entrega por amor"

En esta crisis, vamos a tener que apelar a cuanto de humanidad tengamos para dar una respuesta solidaria e incluyente a tanto dolor que se nos viene encima.

Ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo un poema que mamá me recitó esta mañana. Es un poema de Rubén Suro, poeta dominicano.


Que tengan bonita semana.Enlace

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com


Soneto de yodo y sal

El mar quiere se cielo, forma nubes de espuma
Su epidermis friolenta se da baños de sol
Hace poco quitose sus frazadas de brumas
Y en pijamas azules le ha visto un caracol

Reservoir de idealismos, disolvente de penas
Los ojos, los anhelos..., mirarlo es navegar
Las olas se suicidan cumpliendo su condena
Que ante los arrecifes les dicta el mismo mar.

Un barco fuma pipa quemando el horizonte
Siento que mi alegría se eleva como un monte
Dudo del alpinismo de mi antiguo dolor

Las palmeras de playas son gigantes sombrillas
El viento riza el agua que cortaron las quillas
Mientras dos garzas blancas enrojecen de amor.

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