jueves, 1 de octubre de 2009

Caribeño en otoño






Hermanos:

Como les comenté en días pasados, desde el miércoles 23 estoy en Pittsburgh con Laura y Mario.

Han sido un0s días de mucho cariño, buena comida y muy buena compañía.

Para nosotros, caribeños, las estaciones del año son algo que se sabe que existe pero que no tenemos conciencia plena de esa realidad. De manera que cuando un caribeño se enfrenta al otoño no tiene más remedio que mostrar su asombro y celebrarlo. Todo un espectáculo el otoño. Se comprende mejor porqué ella era la boina gris y el corazón en calma y porqué él se sintió feliz como hace mucho, que linda estás, te quiero, menos mal que te quiero.

Bien, ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo dos poemas de Silvio Rodríguez, poeta y cantautor cubano, de la nueva trova.

También quiero presentarles un video corto de un comercial que en muy bueno. En este enlace lo encuentran: Atrévete

Que tengan bonita semana,

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com


Requiem

Disfruté tanto tanto cada parte
y gocé tanto tanto cada todo
que me duele algo menos cuando partes
porque aquí te me quedas de algún modo.

Ojalá nunca sepas cuanto amaba
descubrirte los trillos de la entrega
y el secreto esplendor con que esperaba
tu reclamo de amor que ya no llega.

Anda, corre donde debas ir
anda, que te espera el porvenir.
Vuela,
que los cisnes están vivos
mi canto está conmigo
no tengo soledad.

Si uno fuera a llorar cuando termina
no alcanzaran las lágrimas a tanto
nuestras horas de amor casi divinas
es mejor despedirlas con un canto.

Anda, corre donde debas ir
anda, que te espera el porvenir.
Vuela,
que los cisnes están vivos
mi canto está conmigo
no tengo soledad.



El dulce abismo

Amada,
supón que me voy lejos
tan lejos
que olvidaré mi nombre
amada,
quizás soy otro hombre
más alto y menos viejo
que espera por si mismo
allá lejos,
allá trepando el dulce abismo

Amada,
supón que no hay remedio
remedio
es todo lo que intento
amada,
toma este pensamiento
colócalo en el centro
de todo el egoísmo
y ve que no hay
ausencia para el dulce abismo.

Amada,
supón que en el olvido
la noche
me deja prisionero.
Amada,
habrá un lucero nuevo
que no estará vencido
de luz y de optimismo
y habrá un sinfín
latente bajo el dulce abismo

Amada,
la claridad me cerca.
Yo parto,
tu guardarás el huerto.
Amada,
regresaré despierto
otra mañana terca
de música y lirismo
regresaré
del sol que alumbra el dulce abismo


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