domingo, 19 de mayo de 2013

Lunes 20 de mayo de 2013




"Vengo de no saber de dónde vengo
para decir amor, sencillamente..."

Hermanos:

Cansada de promesas incumplidas, agotada de engaños, huérfana de dolientes, la sociedad dominicana busca una salida.

Somos una sociedad que en los últimos 10 años casi ha duplicado (1.8 veces) su Producto Interno Bruto (PIB) y sin embargo la pobreza no ha disminuido, por el contrario, actualmente se encuentra unos puntos por encima del nivel que tenía hace 10 años. Hoy el 40% de los dominicanos se encuentra por debajo de la linea de pobreza. Es necesaria una salida a tanta iniquidad.

La salida es necesariamente un asunto de Poder, de poder político. Y aquí se presenta un problema porque ese cansancio, ese agotamiento y esa orfandad de la que hablamos al inicio, genera una desconfianza tal, que difícilmente es aceptado como honesto y válido un esfuerzo dirigido a la toma del poder político vía un partido político y elecciones. Tan pronto alguien se presenta con una nueva opción del universo electoral y dice: "Pueblo dominicano, aquí les presento mi partido, este si es bueno..." el pueblo dominicano dice: "Esa yo me la sé, cántame otra".

Creo que el movimiento social debe caminar hacia un congreso del pueblo dominicano, por llamarlo de alguna manera. En ese proceso debemos crear los vínculos y las relaciones que generen el poder social necesario para que ese congreso del pueblo pueda decidir el camino electoral y empezar a cambiar la suerte de los dominicanos.

Aquí enlazamos ese esfuerzo de unificación del movimiento social con lo que decíamos en la entrega del lunes pasado. Esas relaciones, esos vínculos políticos deben estar precedidos por la confianza y el cariño que se generan al saber que el otro ser humano con quien me relaciono no tiene segundas intenciones. Como decíamos en la entrega pasada: "Cuídame, que yo tampoco te haré daño. Mi amiga Laura me lo dijo así: "Si no tendemos puentes humanos no podremos tender puentes políticos". Gran verdad. De manera que ya saben, vamos a replicar los lazos de cariño y confianza que existen en la Coalición Educación Digna, en donde todos somos hermanos, tenderemos los puentes humanos, los puentes políticos irán apareciendo.

Bien, ahora a lo nuestro.

Quienes me conocen saben que soy un ser de tierra con una profunda vocación de mar:

"El velero está en puerto
no he podido zarpar
y todo cuanto siento
me convoca a la mar..."

En el pequeño patio de mi casa, la familia produjo un mural hace años, y en él, cada quien pintó lo que quiso. Hay soles, chichiguas (cometas), frases lapidarias, casitas campesinas, espirales abstractas..., yo pinté unas palmeras en un alto, frente al mar,  en el mar un velero y en el cielo gaviotas. Luego Patricia sembró vegetación en la jardinera al pie del muro y claro, con el tiempo las hojas y las ramas cubrieron el velero. Hoy, cuando tenemos invitados en casa yo les digo: "Ahí, en la esquina, detrás de las hojas, debajo de las palmeras, hay un velero" y luego añado "pero sólo se asoma en noches de pleamar".

Hoy les traigo a Meira Delmar con su "Soneto marinero"

Que tengan bonita semana,

Soneto marinero

Digo tu nombre mar, tu nombre ardido
de soles y de júbilo creciente,
y el corazón enamorado siente
más clara la presencia del latido.

Velero que navega repetido
por los quietos espejos de la frente,
regresa tu paisaje lentamente
como si regresara del olvido.

Y surge tu comarca marinera
como una trashumante primavera
de espumas en la mano de cristal.

Y tu voz de colores, y tu alada
corona de blancura trabajada
en gaviotas y pétalos de sal.


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"Precisamente porque soñamos, tenemos derecho a la utopía; y la vida carece de sentido cuando no la vivimos persiguiendo el sueño"

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