lunes, 17 de marzo de 2008

Lunes 17 de Marzo de 2008

Hermanos:

Esta semana "poema de lunes" se publica desde la ciudad de Miami, USA. Estoy con la familia unos días en Miami y el martes vamos a Pittsburgh a reunirnos con Mario y Laura, el mayor de los hijos y su esposa, que viven y estudian en esa ciudad norteamericana.

Hoy les traigo una poeta joven, una poesía nueva si se quiere.

Se trata de Laura Colombo. Mexicana por nacimiento y dominicana por origen, creo que vive en México, por lo menos se que ha vivido en México, hija de nuestro Colombo, Ramón Emilio Colombo, periodista dominicano.

Conocí la poesia de Laura hará unos catorce o quince años, un día, al caer la tarde, escuchaba un programa en el que ella recitaba sus poemas. Recuerdo que quedé enamorado de un poema que hablaba de las "... las playas y cocoteros dulces".

Hace unos meses me encontré con Colombo y le pregunté por su hija y por su poesía, él me dijo que Laura había publicado y que su libro se encontraba en las librerías de Santo Domingo.

Compre el libro: "Poesía de sal y arena" y aquí les dejo tres muestras de su poesía. No se a ustedes, a mi se me pone el corazón pequeño.

Que tengan bonita semana.

Mario


Solos

Nos encontramos solos
inescrutables,
solos
y lo que nos lastima
no es en sí el estar solos;
más bien acompañados
por otros
que están solos
inescrutables,
solos.

Cómo no llorar tanto
cómo no hacernos viejos
si estamos solos, solos...
si sólo estamos solos
aunque no estemos lejos.


Es posible

Son posibles las horas
de tu camino frágil
el que te lleva un día
el que te trae ahora
a lo infinito y noble
de la vida incolora.

Es posible que mueras
y es posible que vivas
en círculos eternos
son posibles los días
que siguen a tu muerte
y atestiguan tu vida.

Es posible que llueva
sobre tu cama fría
donde naciste ahora
y morirás un día.

Es posibleque llueva
es posible que tiemble
y es posible que calle
la muerte mientras vivas.


Tengo toda la noche

Tengo toda la noche
metida bajo el alma.
La espera interminable,
la gota suspendida,
suspiro amordazado
por la desesperanza.

Tengo toda la noche
con todas sus estrellas
metidas en mi almohada,
metidas con sus picos
que me han crucificado
como navajas blancas.

Tengo toda la noche.
Quien tenga la alborada
que se moje las manos
en esta inmensa noche...
que ya no se levanta.

Laura Colombo
Poesía de sal y arena.

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