domingo, 9 de marzo de 2008

Lunes 10 de Marzo de 2008


Hermanos:

Durante la semana se celebró en Santo Domingo la Vigésima Cumbre de Presidentes del Grupo de Rio, en la que participan representantes de 20 paises latinoamericanos.

La cumbre estuvo precedida por la sombra de la desavenencia y del conflicto como resultado de la incursión, por parte de militares colombianos, en territorio ecuatoriano cuando persiguieron y dieron muerte al segundo al mando de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).

En la crisis diplomática también participó Venezuela, que movilizó tropas a la frontera con Colombia y tomó partido a favor de Ecuador.

Al momento de llegar a Santo Domingo para participar en la Cumbre ya las partes envueltas en el conflicto habían subido el tono de la confrontación y todo parecía indicar que la Cumbre sería el escenario de una gran ruptura.

Gracias a Dios se operó el milagro y las partes terminaron confundidas en abrazos y apretones de manos. Incluso Nicaragua, que había roto relaciones con Colombia antes de la presente crisis, encontró una salida diplomática a su conflicto.

Los presidentes de Ecuador, Colombia, Venezuela y Nicaragua representaron muy dignamente a sus pueblos y para bien de todos se concertó la paz.

Por mi parte me siento muy orgulloso de ser dominicano y de haber sido representado por nuestro presidente, el Dr. Leonel Fernandez, en esa Cumbre.

Latinoamérica tiene muchos retos que enfrentar, no es tiempo de dividirnos sino de apelar a la historia común, al lenguaje, a la cultura y a tantas manifestaciones de la vida que nos unen y de una vez por todas construir un futuro latinoamericano a nuestra imagen y semejanza.

Bien, hoy les traigo dos poemas. El primero es de Armando Tejada Gómez musicalizado por César Isella y cantado por Mercedes Sosa. El segundo es de Neruda y es una reposición que la hacemos porque viene muy bien a la ocasión.

Se trata de Canción con todos y del Canto XII de Alturas de Machu Picchu.

¡Que viva latinoamérica!

En la página de poema de lunes, a partir de mañana lunes, encontrarán vídeos de ambos poemas.

Que tengan bonita semana.

Mario


PD: La semana pasada hotmail tuvo problemas. Los correos de hotmail se devolvieron. Confiamos en que ahora pasarán.





Canción con todos

Salgo a caminar
por la cintura cósmica del sur,
piso en la región,
mas vegetal del viento y de la luz;
siento al caminar
toda la piel de América en mi piel
y anda en mi sangre un río
que libera en mi voz su caudal.

Sol de Alto Perú,
rostro, Bolivia, estaño y soledad,
un verde Brasil,
besa mi Chile, cobre y mineral;
subo desde el sur
hacia la entraña América y total,
pura raíz de un grito
destinado a crecer y a estallar.

Todas las voces todas,
todas las manos todas,
toda la sangre puede
ser canción en el viento;
canta conmigo canta,
hermano americano,
libera tu esperanza
con un grito en la voz.


Alturas de Machu Picchu

XII







Sube a nacer conmigo, hermano.
Dame la mano desde la profunda
zona de tu dolor diseminado.

No volverás del fondo de las rocas.
No volverás del tiempo subterráneo.
No volverá tu voz endurecida.
No volverán tus ojos taladrados.

Mírame desde el fondo de la tierra,
labrador, tejedor, pastor callado,
domador de guanacos tutelares,
albañil del andamio desafiado,
aguador de las lágrimas andinas,
joyero de los dedos machacados,
agricultor temblando en la semilla,
alfarero en tu greda derramado,
traed a la copa de esta nueva vida
vuestros viejos dolores enterrados.

Mostradme vuestra sangre y vuestro surco,
decidme: aquí fui castigado,
porque la joya no brilló o la tierra
no entregó a tiempo la piedra o el grano:
señaladme la piedra en que caísteis
y la madera en que os crucificaron,
encendedme los viejos pedernales,
las viejas lámparas, los látigos pegados
a través de los siglos en las llagas
y las hachas de brillo ensangrentado.

Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta.

A través de la tierra juntad todos
los silenciosos labios derramados
y desde el fondo habladme toda esta larga noche
como si yo estuviera con vosotros anclado,
contadme todo, cadena a cadena,
eslabón a eslabón, y paso a paso.

Afilad los cuchillos que guardasteis,
ponedlos en mi pecho y en mi mano,
como un río de rayos amarillos,
como un río de tigres enterrados,
y dejadme llorar, horas, días, años,
edades ciegas, siglos estelares.

Dadme el silencio, el agua, la esperanza.

Dadme la lucha, el hierro, los volcanes.

Apegadme los cuerpos como imanes.

Acudid a mis venas y a mi boca.

Hablad por mis palabras y mi sangre.

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