lunes, 11 de agosto de 2008

Los sueños de los pueblos.


Hermanos:

En la semana se inauguraron los Juegos Olímpicos de Beijing. No pude ver la ceremonia de inauguración porque estoy de viaje en Pittsburgh, USA, en casa de Mario y Laura, y solamente he logrado ver parte de la ceremonia a través de un vídeo que muestra imágenes de la misma con el fondo musical de La Internacional.

La Internacional me da en la madre y para mejor decirlo, diré que los himnos de los pueblos que de alguna manera me han tocado, me dan todos en la madre. Y si ocurre que algún pueblo me ha calado hondo y no conozco su himno oficial, entonces alguna tonada propia de ese pueblo ha ocupado su lugar de himno en este corazón perseguidor de sueños.

Y es que eso es el himno, el relato poético de los sueños de un pueblo.

De manera que al escuchar el llamado al combate de los Bayameses, la frente siempre altiva de la indómita y brava, cuando escucho cantar de viva voz el himno norteamericano o cuando escucho el llamado a que vivan los pobres del mundo, el corazón se me pone chiquito, porque Cuba, República Dominicana, Estados Unidos de Norteamérica y el socialismo me han tocado.

Hay pueblos y sueños que me han tocado y no conozco sus himnos oficiales; pero sé que el pueblito se llama Las Condes y está junto a los cerros y al cielo, que hay una verde luz de monte y mar en una isla virgen de coral, que de lejos parece un humo y de cerca una palomita, que si Adelita se fuera con otro la seguiría por tierra y por mar; y que salgo a caminar por la cintura cósmica del sur.

Y es que a Chile, Puerto Rico, Argentina, México y a toda esta América Latina, los llevo muy dentro.

El himno, como la patria, no es de nadie en particular; ya lo dije, es el sueño de un pueblo, no puede ser de nadie en particular, no es de un bando político, no es del Partido, no es del Estado.

Se equivocan los que creen que sólo aman a la patria los que aman al Partido.

Se equivocan los que creen que el sueño que representa la bandera de las estrellas relampagueantes que ondea en la tierra de los libres, en la morada de los bravos; se equivocan repito, los que creen que ese sueño de libertad y gallardía no es el mismo sueño de los iraquies.

Se equivocan, por último, los que creen que el sueño de solidaridad y redención de los pobres del mundo es propidad exclusiva de los comunistas.

¡Que viva el pueblo chino y que viva su sueño!

¡Que vivan los pobres del mundo y que vivan sus sueños!

¡Que vivan los sueños de todos los pueblos del mundo!

Ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo a Pedro Lezcano, poeta canario, con un hermoso poema.

Que tengan bonita semana.

Mario


Oda a la muchacha de la paz

Yo vi mi luz primera en unos ojos
Serenos de muchacha.
Y si nacer es ver la luz primera,
Mujer, tú eres mi patria.

Aprendí desde entonces
que mi patria era hembra y era ancha
y que en su vientre, henchido de futuro,
Estaba la esperanza.

Cuando digo mujer digo sus hijos
Y digo el agua clara que los baña
Y digo el horizonte al que se asoma
Cuando espera mi vuelta en la ventana.
Cuando digo mujer digo mujeres
En todas las ventanas asomadas
Sobre las anchas tierras
Que junto al hombre labran…

Dulce muchacha América,
Dulce señora África,
Dulce mujer Europa,
Dulce novia Canarias.
Mi patria es cualquier sitio
Donde la paz se asoma a la ventana.

Y no donde los hombres y los buitres
Viven de la carroña y la guadaña,
Donde los carniceros de la guerra
Venden a bajo precio las entrañas.

¡Hay que matar la muerte,
Ganar a la violencia la batalla!
Por la muchacha universal que espera:
Su corazón es un tambor que llama.
Compatriotas del amor, unámonos
En el himno de amor de su palabra,
Bajo el mando estrellado de sus ojos,
Tras la bandera limpia de su falda.

Pedro Lezcano, poeta canario.


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