lunes, 18 de agosto de 2008

Regreso a casa



Hermanos:

Durante la semana estuvimos en Pittsburgh y en Miami como les había comentado.

Unas muy buenas vacaciones durante las cuales tuve la oportunidad de tomarme la presión en una de esas farmacias norteamericanas y la tenía en 11-7, es decir, la presión sanguínea de un niño antes del desarrollo.

Era de esperarse.

Estar de vacaciones es poner de lado la prisa a la que te obligan las exigencias del mundo global, y el contacto con gente buena, en este caso nuestros hijos y los amigos entrañables, hace que la presión sanguínea baje y la posibilidad de una segunda pubertad se asome.

Otro acontecimiento que debemos comentar es que en Dominicana estamos iniciando un nuevo período de gobierno. El pasado sábado 16 de agosto Leonel Fernandez se juramentó como Presidente de la República Dominicana.

Es un político con una visión clara del panorama mundial.

Es el político actual que mejor ha dibujado el sueño dominicano.

Mi crítica: A pesar de haber obtenido en dos ocasiones más del 50% de los votos, no se apoya en el Pueblo Dominicano, se cree desamparado y transa.
Al transar, en ocasiones, traiciona la confianza depositada en él por ese Pueblo.

Bueno, ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo "Rostro de vos", un clásico de Mario Benedetti y otro poema brevísimo del mismo autor, llamado "El silencio", de su libro "La vida, ese paréntesis"

Que tengan bonita semana,

Mario



Rostro de vos

Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.

Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tacto
y por sabor.

Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.

Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.

Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.

Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.

Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.

Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada





El silencio

Qué espléndida laguna es el silencio
allá en la orilla una campana espera
pero nadie se anima a hundir un remo
en el espejo de las aguas quietas


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