domingo, 5 de septiembre de 2010

Lunes 6 de septiembre de 2010




Hermanos:

El martes pasado al iniciar la noche, ejerciendo mi oficio de quijoteurbano, asumí un pleito que no era mío y  tuve una discusión con el guagüero y el picher de una voladora y como resultado el picher preguntó de viva voz: ¿Y este viejo, será Vincho Castillo?

Para los amigos que no son dominicanos debo explicar que la voladora es un autobús de transporte público (también llamada guagua en Santo Domingo), el guagüero es el chofer, y el picher es el ayudante del chofer, que cobra los pasajes, ayuda a los pasajeros a subir y se lanza a las calles a abrirle camino a la guagua en las intersecciones congestionadas. Vincho Castillo por su parte, es un abogado y político dominicano reconocido, entre otras cosas, por la pasión con que defiende sus ideas.

A mi me ha hecho mucha gracia el incidente porque es la segunda vez que formalmente se me hace ver que tengo canas. Parece que no es tan obvio que soy un niño de cincuenta y cuatro años con canas prematuras.

Comenté lo ocurrido con mi hijo Mario Ernesto y él me hizo una reflexión que me ha iluminado, me dijo: Papá, la realidad de Santo Domingo se comprende mejor y todo encaja si la vemos teniendo como marco de referencia que estamos en una pachanga y todos estamos ingiriendo alcohol.

Gran reflexión. Hemos trasladado al ámbito de las relaciones sociales, las relaciones que se verifican en una pachanga, tomando tragos.

El guaguero de la historia había tomado el carril en vía contraria hacia el Sur y se había encontrado con un conductor que iba hacia el Norte por el mismo carril y  que con todo su derecho le había impedido el paso. Estaban los dos frente a frente a las 8:00 PM de ese martes, en la Avenida Máximo Gómez de Santo Domingo. Cuando yo, desde mi vehículo, pasé a su lado, el guagüero me dijo refiriéndose al conductor del vehículo que le cerraba el paso: "Mire, con tanto espacio y este hombre de terco..."

Si lo vemos desde la perspectiva de la pachanga, el guagüero tiene razón: Yo me estoy tomando mi trago, diría el guagüero, y viene este hombre, con tanto espacio, a dañarme la bebida.

La democracia, el orden en el tránsito, el respeto a la ley, la lucha contra la corrupción y el ejercicio de ciudadanía en general, son todas realidades borrosas, no muy definidas y relegadas a los últimos lugares de importancia. Lo que importa es vivir este día, inmerso en la pachanga. Así andamos.

A mi me acomoda la idea de la pachanga, lo confieso; pero también sé que hay quienes no están bebiendo, aunque dicen estar en la pachanga y se hacen ricos y se lucran con toda suerte de malas artes, aprovechando que no hay ciudadanía que los enfrente. Soy consciente de eso y eso mismo me daña la bebida.

Bueno, los he abrumado con tanto tránsito y tanta locura, pasemos a lo nuestro.

El próximo lunes 13 de septiembre estaré en La Habana, Cuba, donde tengo grandes amigos y hoy les traigo a Julia de Burgos, poeta puertorriqueña del siglo pasado con un poema a José Martí, cubano y antillano.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com


A José Martí
  (mensaje)
Yo vengo de la tierna mitad de tu destino;
del sendero amputado al rumbo de tu estrella;
el último destello del resplandor andino,
que se extravió en la sombra, perdido de tu huella.

Yo vengo de una isla que tembló por tu trino,
que izó tu alma más fuerte, tu llamada más bella;
a la que diste sangre, como diste camino
(que al caer por tu Cuba, ya caíste por ella).

Y por ella, la América debe un soplo a tu lumbre;
su tiniebla hace un nudo de dolor en tu cumbre,
recio Dios antillano, pulso eterno, Martí.

Porque tengamos cerca de la muerte, un consuelo,
Puerto Rico, mi patria, te reclama en su suelo,
y por mi voz herida, se conduce hasta ti!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

esta blog es totalmente comunista,por lo tanto es pura mierda

quijoteurbano dijo...

Anónimo:

Mi réplica a tu comentario es mantenerlo arriba, no borrarlo, a pesar de la "mierda"

Mario Bergés