domingo, 30 de enero de 2011

Lunes 31 de enero de 2011




Hermanos:

La Física es una ciencia que me ha fascinado desde mis años de estudiante, tanto  en el bachillerato como en la universidad. Conocer la naturaleza de los fenómenos es una experiencia mística. El científico lo que termina haciendo es poesía. Tanto el científico como el poeta nos descorren, con cada aporte de su trabajo, una pequeña parte del velo que nos impide ver a Dios.

Sólo para poner un ejemplo traigo el caso del llamado "Experimento EPR (Einstien-Podolsky-Rosen)", según el cual dos partículas que estuvieron íntimamente unidas (entrelazadas cuánticamente) mantienen una relación tal, que luego de separadas, sin importar la distancia, un cambio en las características físicas de una, produce un cambio en las características físicas de la otra instantáneamente, es decir, sin transcurrir tiempo. Eso es Física y es misticismo. Si a esa realidad se le suma el hecho de que todo el universo estuvo íntimamente unido en el momento del Big Bang, entonces, no se muere una flor sin que tiemble una estrella. Eso es Física y es poesía.

Para la Física clásica, las partículas y las ondas eran realidades separadas: O eras onda o eras partícula. Esa es la llamada dualidad "Onda-Partícula". No existía una realidad que pudiera ser en un momento onda y en otro partícula. Una partícula tiene "masa", "cantidad de movimiento", "velocidad", "posición"; por su parte, una onda tiene "longitud de onda", "amplitud", "frecuencia". La onda no tiene masa ni posición y la partícula no tiene  longitud de onda ni amplitud. Eso fue así hasta que la Física llegó a las Ondas Electro-Magnéticas (OEM), entre ellas la luz que vemos. La luz que nos ilumina es "onda" y es "partícula" con la condición de que no puedes conocer en el mismo instante sus características duales: O la conoces como "Onda" o la conoces como "Partícula".

En los años noventa, cuando mi hijo Mario tenía doce o trece años, le expliqué esa realidad Onda-Partícula, y le comenté lo que había leído en la obra de Enders Robinson, "Relatividad de Einstein en Metáforas y Matemáticas". Le dije:

-Mario, esa experiencia dual Onda-Partícula, no es algo totalmente extraño a la experiencia diaria del ser humano. Cuando vas a un concierto público masivo, al aíre libre, puedes ir con una libreta y un lápiz para registrar los detalles del evento: A qué hora y cual fue la primera banda en actuar, cómo fue la reacción del público, cual era la temperatura del ambiente, puedes tener un medidor de decibelios para determinar la intensidad de los aplausos, en fin, puedes ser un reportero de los detalles del evento.

Por otra parte, puedes ir al concierto sin lápiz ni libreta, con tus jeans y un T-Shirt, y mezclarte en el público para ser uno más de esa masa sin nombre, vibrando en el amor de ese momento, "cantando sudores", como dice Silvio. No sabrás de hora, ni de temperatura, ni de decibelios; pero nadie te podrá quitar lo que has vivido.

Y le añadí: Cuando vas libreta en mano eres partícula y cuando vas corazón en mano eres onda.

Mario, a los doce, me respondió: Onda siempre papi, siempre onda!!

Bien, ahora a lo nuestro.

La semana pasada traje a Neruda, y Mario Rivas, gran hermano dominico-uruguayo casado con Claudia, hermosa dominicana, me dijo: Mario, publica Farewell y los Sollozos. Debo decir que creo que ese fue el poema que me inició a Neruda y todavía me toca muy adentro.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com



 Farewell y sollozos

1

Desde el fondo de ti, y arrodillado,
un niño triste, como yo, nos mira.

Por esa vida que arderá en sus venas
tendrían que amarrarse nuestras vidas.

Por esas manos, hijas de tus manos,
tendrían que matar las manos mías.

Por sus ojos abiertos en la tierra
veré en los tuyos lágrimas un día.

2

Yo no lo quiero, Amada.

Para que nada nos amarre
que no nos una nada.

Ni la palabra que aromó tu boca,
ni lo que no dijeron las palabras.

Ni la fiesta de amor que no tuvimos,
ni tus sollozos junto a la ventana.

3

(Amo el amor de los marineros
que besan y se van.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más.

En cada puerto una mujer espera:
los marineros besan y se van.

Una noche se acuestan con la muerte
en el lecho del mar).

4

Amo el amor que se reparte
en besos, lecho y pan.

Amor que puede ser eterno
y puede ser fugaz.

Amor que quiere libertarse
para volver a amar.

Amor divinizado que se acerca
Amor divinizado que se va.

5

Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.

Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.

Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.

Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.

Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.

...Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós.

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