Hermanos:
Como dijimos en la entrega anterior, el jueves pasado, 7 de junio, la Coalición Educación Digna recibió el Premio al Compromiso Cívico, otorgado por el Dialogo Interamericano, en una ceremonia de gala en el salón principal de las oficinas de la OEA en Washington, USA.
Es la primera vez que se otorga ese premio y el Dialogo Interamericano lo instituyó como parte de la celebración de su 30 aniversario, El premio le fue entregado a la compañera Magda Pepén, docente y extraordinaria mujer, quien lo recibió en nombre de la Coalición Educación Digna (CED).
La noticia del premio fue ampliamente difundida en Dominicana por toda la prensa. Fue tema de editoriales de algunos medios de prensa escrita y de programas de televisión y radio, y en todos los casos los comentarios fueron favorables al movimiento por la educación. Un verdadero éxito en el posicionamiento de la Coalición Educación Digna. Aquí se dijo, en alusión directa a los dinosaurios del sector gobierno, que la amarillofobia anda rabipiérnica.
En otro orden les comento que el sábado participé hablando de la Coalición Educación Digna en un diplomado en incidencia que se está llevando a cabo por teleconferencia; las clases son a través de Internet con una plataforma que permite la interacción como si el grupo estuviera en un salón de clases. Me tocó hablar durante 15 minutos de la experiencia de la CED y entre otras cosas hice un relato que quisiera compartirlo con ustedes.
Hablando para ese grupo de latinoamericanos interesados en la incidencia en políticas públicas dije que era provechoso invertir tiempo y recursos en lograr que el objetivo de la lucha fuera comprendido claramente por todos los posibles seguidores del movimiento. Ningún recurso empleado en esa comprensión clara del objetivo, está mal empleado. Y presenté el relato de la cacería de la liebre:
Los cazadores salen a cazar la liebre. Llevan sus armas y sus perros. En un momento dado, algunos de los perros de la jauría ven la liebre y se lanzan tras ella. Los otros perros, entrenados en el oficio, se lanzan a seguir a aquellos perros que sí vieron la liebre. Si la liebre es lo suficientemente astuta, llegará el momento en que muchos perros abandonarán la persecución, eso le dará a la liebre una mayor posibilidad de salir airosa de la difícil prueba. En todos los casos, los perros que abandonan la persecución, son perros que no han visto a la liebre. Aquellos que sí la vieron, no abandonan nunca la persecución.
Dos años de vida en común en la Coalición Educación Digna han dado como resultado una comunidad de dominicanos y dominicanas fraterna, unida, confiada, como dijo Acquaroni, "... nos regresa al origen, sus lámparas de arena, la palabra en el vientre, cuando todos vivíamos recíprocos y juntos cuidando las heridas." En la CED la vida que llevamos es la que deberíamos llevar todos los dominicanos y dominicanas. Si en la CED fuéramos capaces de socializar, de hacer ver y sentir esa realidad que estamos experimentando, si fuéramos capaces de mostrarles a los otros dominicanos ese pedacito de cielo que se nos ha permitido vivir, esa liebre, la sociedad dominicana ya sería distinta.
Bien, ahora a lo nuestro. En esta entrega he mencionado a Rosana Acquaroni, poeta española que cala hondo, y quisiera dejarles con su poesía.
Que tengan bonita semana.
Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com
La
misma incertidumbre
La misma incertidumbre
con
la que un día preciso
que
ya fuiste acordando sin saberlo,
comienza
a desprenderse
la
leve gasa que ocultara
la
trama de tu herida,
una
herida reciente
que
late sin hablar
y
está tan dentro
que
tu vida depende
de
mantenerla viva.
Con
la misma soltura
con
la que cada órgano
se
acomoda para el parto
y se abre un trecho de luz
en
mitad de tu cuerpo,
una
tarde descubres
que
no puedes contar tus cicatrices
pues
sus bordes te unen
a
fragmentos de otros,
a
vidas paralelas,
a
bálsamos de humo.
Y
es entonces que esa herida se
cumple
y
es más cierta que el mundo,
nos
regresa al origen,
sus
lámparas de arena,
la
palabra en el vientre,
cuando
todos vivíamos
recíprocos
y juntos
cuidando
las heridas.
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