lunes, 18 de junio de 2007

Lunes 18 de Junio de 2007

Hermanos:

Esta semana les traigo dos textos breves de Eduardo Galeano, de su obra “Patas arriba”.

Se trata de dos relatos de lo que el llama, con toda la ironía, “Vidas ejemplares”.

Mueve a reflexión porque nos retrata a los dominicanos de cuerpo entero. A nuestra sociedad le sobran ejemplos de esos seudopróceres que no hemos sido capaces de desenmascarar y hacerles sentir, al menos, el repudio social, ya que la justicia tampoco los alcanza.

Va llegando el momento de repudiar socialmente a tanto malandrín con visos de prohombre.

Que tengan una bonita semana.

Mario

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Vidas ejemplares/1



En septiembre del 94, en los estudios de la televisión de la red Globo en Brasilia, el ministro de Hacienda, Rubens Ricupero, estaba esperando que se ajustaran las luces y los micrófonos, para una entrevista.

Mientras tanto, conversaba, distendido, con el periodista.

Hablando en confianza, el ministro confesó que él sólo divulgaba los datos económicos favorables al gobierno y que, en cambio, ocultaba las cifras que no convenían:

-Yo no tengo escrúpulos- dijo.

Y anunció al periodista, así, entre nosotros:

-Cuando pasen las elecciones, vamos a sacar la policía contra los huelguistas.

Pero hubo una falla electrónica. Y la charla confidencial, recogida por satélite, llegó a las antenas parabólicas de todo Brasil. Las palabras del ministro se transmitieron por el país entero. En esa ocasión histórica, los brasileños escucharon la verdad: por una vez, y por error, escucharon la verdad.

Después, el ministrono no recorrió de rodillas el camino de Santiago, ni se azotó la espalda, ni arrojó cenizas sobre su cabeza. Tampoco buscó refugio en las cumbres del Himalaya.

Rubens Ricupero, se convirtió en Secretario General de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCATAD).


Vidas ejemplares/3

A mediados del 98, se desató una ventolera de indignación popular contra la dictadura del general Suharto, en Indonesia. Entonces, el Fondo Monetario Internacional le agradeció los servicios prestados, y el general se jubiló.

Su vida laboral había comenzado en 1965, cuando asaltó el poder matando a medio millón de comunistas, o presuntos comunistas. Suharto no tuvo más remedio que dejar el gobierno, pero se quedó con los ahorros acumulados en más de treinta años de trabajo: 16 mil millones de dólares, según la revista Forbes (28/7/97).

Un par de meses después del retiro de Suharto, su sucesor, el presidente Habibie, habló por televisión: exhortó al ayuno. El presidente dijo que si el pueblo indonesio no comía dos días por semana, los lunes y los jueves, se podría superar la crisis económica.

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