Hermanos:
Hoy es Domingo de Ramos y se inicia la Semana Santa.
Cuando era pequeño era un tiempo de procesiones al compás de una marcha lenta, marcada por los redoblantes de la orquesta del Cuerpo de Bomberos de la Mella con Palo Hincado. El párroco, bajo su autoridad, le abría camino a una cruz gigantesca llevada en los hombros de los hombres piadosos y que cabeceaba y se balanceaba mientras la procesión recorría las calles de la Ciudad Colonial. De esa estampa de niño quizás solamente queda el respeto que todavía le tributamos al misterio. Esta mañana, domingo de ramos, vi pasar una procesión que le daba inicio a la Semana Santa y al pasar por el colmadon de la esquina, los más aguerridos contertulios dejaron sus cervezas y sus tragos en las improvisadas mesas y puestos de pie y destocados esperaron a que pasara, tributando de ese modo sus respetos al misterio.
Para los que no viven en Dominicana debo decir que el colmado, que en sus orígenes era tienda de comestibles al por menor, se ha ido adaptando a las nuevas realidades y para no ser desplazado por los grandes supermercados, actualmente ofrece entrega de mercancía en la casa (delivery) y venta de bebidas alcohólicas. La venta de bebidas tiene el atractivo de que el colmadero puede hacer los ajustes estructurales necesarios para unir en una sola puerta grande las dos o tres puertas de entradas que normalmente tenía el colmado y hacer uso de la acera para improvisar en ella sillas y mesas y así convertir el colmado en bar de tragos, abierto desde que amanece Dios hasta que los últimos contertulios deciden que basta ya. Cuando el colmado ofrece ese servicio de bar abierto, deja de llamarse colmado y se convierte en colmadón.
Bien, ahora a lo nuestro.
Hoy les traigo algunas saetas, muy propias de estas fechas.
Que tengan bonita Semana Santa.
Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com
Saetas
Viendo Cristo que su muerte
se venía tan cercana,
llamó a su Madre prudente,
con discretas palabras,
se despidió de esta suerte:
-Quedad con Dios, madre mía,
vuestra bendición espero,
porque ya es llegado el día
que enclavado en un madero,
se cumplan las profecías.
También de mi padre espero
que me dé su bendición,
que voy a Jerusalén
a padecer mi pasión.
-Hijo, si te fuese grato,
por ti padeciera yo
tu pasión por aliviarte.
-No. Madre; quedad con Dios,
que no puedo consolar
tal sentimiento y dolor.
Llegó al huerto, hizo oración
por todos los que vivían,
y en santa contemplación,
gotas de sangre corrían
para nuestra redención.
Por el pecador pedía,
entre angustias anegado,
en mortales agonías,
un ángel le ha confortado,
que el Padre Eterno le envía.
Nuestro amado Redentor,
en quien se halla todo bien,
por el hombre pecador,
se acercó a Jerusalén,
conducido por su amor.
Con una pompa imperial
va el humilde caminante,
para librarnos del mal
a Jerusalén triunfante
entró el pastor celestial.
Puesto Jesús en la mesa,
el pan bendice, diciendo:
«Este es mi cuerpo», promesa
y gran milagro estupendo,
que al Serafín embelesa.
Con el cáliz en la mano,
hizo igual ofrecimiento,
y sus labios soberanos
han dejado al Sacramento
para el bien de los cristianos.
Ya le llevan al Calvario,
al son de ronca trompeta,
y el inicuo de Pilatos
le ha leído la sentencia.
La cruz le pone por cama
aquella gente maligna,
y luego, por cabecera,
una corona de espinas.
El Sol se vistió de luto,
y la Luna se eclipsó,
los elementos temblaron
cuando murió el Redentor.
…………………………………….
Luceros de dos en dos,
estrellas de cuatro en cuatro,
van alumbrando al Señor
la noche del Viernes Santo.
La corona del Señor
no es de rosas ni claveles,
que es de junquillos merinos
que le traspasan las sienes
a ese cordero divino.
Quién me presta una escalera
para subir al madero,
y quitarle las espinas
a Jesús el Nazareno.
…………………………………..
Canción del pueblo andaluz:
... De cómo las golondrinas
le quitaban las espinas
al Rey del Cielo en la Cruz.
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