domingo, 10 de octubre de 2010

Lunes 11 de octubre de 2010




Hermanos:

El martes próximo que estaremos a 12 de octubre, en Santo Domingo tendremos una marcha al Congreso organizada y promovida por cuatro redes de organizaciones de la sociedad civil. El Día de la Raza lo celebraremos pidiéndole a los congresistas la aprobación de dos proyectos de ley que actualmente se encuentran en el Senado. Un proyecto de ley que regula y promueve la vivienda y los asentamientos humanos y otro proyecto de ley que regula la reforma agraria. El Foro Ciudadano, la Articulación Nacional Campesina, la Red Urbano Popular y el Foro Social Alternativo unirán sus fuerzas  en favor de esos proyectos de ley. Lo más importante con relación a la Marcha al Congreso es que ha unificado a cuatro redes de organizaciones. Ese es el camino: Deponer lo que nos separa, abrazar lo que nos une y solidaridad entre nosotros. El punto de reunión será la Avenida Enrique Jiménez Moya esquina Av. MIrador del Sur, a las 10:00 AM del 12 de octubre de 2010. De manera que ya saben los que se encuentren en Santo Domingo y deseen asistir y dar su apoyo a estas causas.

Pasando a otro tema les comento que en la semana me explicaron que el ochenta por ciento de la población mundial está vinculada por una cadena menor de ocho eslabones. Es decir, que entre un dominicano y un habitante de Burundi, en África, existe una cadena de vinculados menor de ocho eslabones en el ochenta por ciento de los casos: El dominicano conoce a un amigo en Europa que conoce a un amigo en Africa y así hasta llegar, en menos de ocho eslabones, hasta el amigo de Burundi. Me explicaron que esa es la apuesta de las redes sociales como Facebook y Twitter: vincular la población mundial con la velocidad del rayo y tan fácil como apretar un botón. Me entusiasma la idea. Esas redes sociales cibernéticas van a dar mucha agua que beber, ya la están dando y nuestros jóvenes las están utilizando en sus protestas.

Sucedió como me lo contaron: La nieta llamó por teléfono a la abuela y le preguntó si su padre estaba en la casa. La abuela le respondió que no y le comentó que el técnico de la computadora estaba en la casa arreglándola. La nieta le preguntó que cuál era el problema de la computadora. La abuela le respondió que "el chivo". La nieta, luego de una carcajada, le dijo que debía tratarse de "el archivo", no de  "el chivo". La abuela, airada por la burla necia de la nieta y con la dignidad propia de sus años, le dijo: "Si la computadora tiene un ratón, que tenga un chivo no me parece cosa extraña". Y le cerró el teléfono.

Bien, ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo a un poeta dominicano que era desconocido para mí hasta el lunes pasado. Quien me lo presentó me dijo: "Mario, aquí te entrego este pequeño libro de un gran poeta de Santiago de los Caballeros". Y siguió diciendo: "En los años cincuenta, cuando yo estudiaba ingeniería en la universidad, vivía en una pensión que compartía con Rafael Meyreles Soler, el poeta autor de este pequeño libro. Eramos muy amigos y un día me lo prestó. De su puño y letra dice la dedicatoria: "Para mi coyopita linda con el cariño de su papá", fechado el 3 de mayo de 1946.  No tuve oportunidad de devolverlo porque no lo volví a ver, él desapareció. Te lo entrego a ti porque te apasiona la poesía y porque sé que puedes encontrar, con esos Interneses que manejas, a la coyopita linda y entregarle esa obra de su padre."

Es un gran poeta, disfrútenlo.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com



¿Qué de dónde vengo?


¿Qué de dónde vengo? De soñar luceros,
de beber paisajes en la copa fresca
de los pinos altos. De sentir que el alma
sabe a Dios más cerca.

De bañar de luna mi romance muerto,
de llenar de trinos mi garganta nueva.
De sentirme loco, de sentirme niño,
de contar estrellas.

De cambiar mi alma cansada a destiempo
por un alma nueva, y optimista, y fuerte.
De gozar la vida sin recuerdos necios
de olvidar la muerte.

Vengo de regiones altas y tranquilas
donde por las tardes se duermen las almas
y donde hay locuras de luz en el cielo
todas las mañanas.

Vengo del santuario donde Dios oficia,
del altar divino de la Madre Tierra.
¿Qué de dónde vengo? ¿Pero no comprendes?
¡Vengo de la sierra!




Nadie me dijo nunca

Nadie me dijo nunca
que una canción podía caerse de los ojos
¡lo mismo que una lágrima!
ni que en las hojas de los árboles
podían anidarse las estrellas,

Ni que tenía esqueleto la palabra,
ni que un día puede empezar en el crepúsculo
y una noche en el alba.

Yo, antes de tu ausencia, suponía
que los versos podían escribirse,
porque no sospechaba
que la ilusión fugaz de una sonrisa
dice más al recuerdo
que lo que pueden decirle las palabras.

Tampoco me habían dicho
que las luciérnagas robaron a la luna
trocitos de su nácar.

Me habían dicho que la tierra era redonda
y achatada en los polos;
pero nadie me dijo
que en la ausencia se amarran
el anhelo y el llanto.

¡Es que no me habían dicho
que una canción podía caerse de los ojos
lo mismo que una lágrima!

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