domingo, 17 de octubre de 2010

Lunes 18 de octubre de 2010



Hermanos:

La semana ha sido intensa en lo que se refiere al ejercicio de ciudadanía. El miércoles y el jueves pasados asistimos a un taller en el cual, actuando como representante de la sociedad civil, participamos en la revisión  del reglamento que regula las relaciones entre la Administradora de Subsidios Sociales (ADESS), entidad del Estado, y los establecimientos comerciales adheridos a la Red de Abastecimiento Social (RAS).

En Dominicana, el Estado mantiene subsidios focalizados hacia los sectores de pobreza extrema y moderada. Esos subsidios llegan a través de diferentes programas: "Comer es primero", "Bono luz", "Bono gas", un bono para estudiantes universitarios pobres, un bono para envejecientes, y así, otros programas más.

Todos estos programas de asistencia se hacen efectivos mediante una tarjeta electrónica de débito, enlazada a la red de Visa. El día 10 de cada mes el "Beneficiario Tarjeta Habiente" (BTH) recibe electrónicamente el depósito del subsidio que le toca y a partir de ese momento puede ir a los establecimientos adheridos a la RAS y realizar sus compras.

El reglamento que revisamos regula toda la operación de esa actividad comercial y define faltas y establece sanciones. En ese orden y por poner un ejemplo, diremos que el reglamento prohíbe que el comerciante le venda bebidas alcohólicas al BTH con cargo a la tarjeta, también prohíbe que le entregue dinero en efectivo con cargo a la tarjeta. Lo que se persigue es que el subsidio se utilice en los bienes y servicios para los cuales fue concebido. Otro punto a resaltar es que el subsidio está condicionado a que el BTH mantenga a sus hijos dependientes en la escuela.

La apuesta es que los hijos de padres en pobreza extrema y moderada, salgan de la pobreza por haber alcanzado unos niveles de educación que les permitan dar el salto.

El universo de los dominicanos en condición de pobreza extrema y moderada fue extraído del censo. Era una de nuestras preocupaciones porque ese tipo de subsidio, directo al BTH, se presta a la manipulación política clientelista. De manera que en su origen el proceso es sano.

Uno de los programas entrega subsidios a policías que se desempeñan en la calle, los más expuestos al peligro. Otro de los programas entrega subsidios a los marinos que vigilan nuestras costas, los más expuestos al narcotráfico. Era más digno aumentarles el sueldo.

Este tipo de subsidio debe estar complementado por programas que promuevan la iniciativa de los BTH a crear pequeñas empresas comerciales que les permita salir de la condición de pobreza a ellos mismos, no sólo a sus hijos.

Decir que el hijo de un pobre dejará de serlo porque estará educado y al mismo tiempo mantener la calidad dela educación en los niveles más bajo y además no invertir en ella, es una verdadera burla.

Bueno, los he abrumado con estos gigantes o molinos, que en países como el nuestro a veces no se sabe si son brazos o aspas que se agitan al viento.

Hoy les traigo de nuevo a Rafael Meyreles Soler, el poeta dominicano de Santiago de los Caballeros que les presenté en la entrega anterior. Disfrútenlo.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com



VI

¡Esos luceros tristes colgados de los árboles!
¡Esas siluetas negras del tronco de las palmas!
¡Este sonido a hueco que tiene el mundo ahora!
Me duele que estos versos tan tristes se me salgan

¡Hoy tengo tantas cosas que contarte!
Por ejemplo: Las lágrimas no salen de los ojos
sino que se chorrean por todas las palabras.

Un día puede empezar en el crepúsculo
y una noche en el alba.

¡Oh Dios! ¿Por qué no dije
que en un minuto se decide un siglo
y que al cabo de mil años
se recuerdan los siglos como instantes?

¡Ay! Esta tísica luna
¡Y estos luceros pálidos!


Fantasía gris

Y algún día quizás me dejes solo.
Por tus pupilas tristes
vagará la nostalgia de los cauces torcidos
y los sueños sin Norte,
y una pena remota habrá anclado su angustia
en tus noches sin ansias.

Peregrino de estrellas,
me verás en el cielo de la noches doradas,
y hará que me recuerdes
cada rayo de luna que adorne tu ventana.

Seré un clavel al viento de tus anhelos truncos;
una rosa deshecha;
o una voz desflorada;
y estaré en tus minutos
como el tic-tac de los relojes lentos.

Y entonces...
he de cantar tan suave que me imagines lejos.
Mi voz será lo mismo
que el sol cuando desciende más allá de los mares...

...un ángelus perdido en la distancia,
un trino solitario en la montaña,
una dominical paz aldeana.

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