miércoles, 6 de julio de 2011

Lunes 4 de julio de 2011



Hermanos:

El sábado pasado asistimos al "Analisis de coyuntura" del Centro Bonó, que en esta ocasión debatía el tema de "La estructura impositiva en República Dominicana", en esa ocasión repasamos, de mano de nuestro amigo Nelson Suarez, las iniquidades del sistema impositivo dominicano y el momento era oportuno porque el Congreso acaba de votar una ley que aumenta los impuestos y que hará más pesada la carga a los que menos pueden llevarla.

Las recaudaciones fiscales del año 1991 ascendieron a 11,000 millones de pesos dominicanos. Las mismas recaudaciones fiscales, pero esta vez del año 2010 ascendieron a 240,000 millones de pesos, 24 veces las recaudaciones del 1991.

Si expresamos esos valores en dólares norteamericanos, las recaudaciones de 2010 fueron 8  veces las recaudaciones de 1991. Y si expresamos esos valores descontando la inflación, es decir, tomando como base los precios de 1991, las recaudaciones de 2010 fueron 4 veces las recaudaciones de 1991.

De manera que en el peor de los casos las recaudaciones de 2010 fueron, en valor real, 4 veces las recaudaciones de 1991. Ese hecho habla muy bien de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), pero muy mal de los gobiernos que hemos padecido desde 1991 hasta el presente, porque no han sido capaces de convertir un crecimiento  económico promedio de 6% anual, en calidad de vida digna para todos y todas, como se dice ahora.

En nuestra estructura impositiva el 63% en números redondos son impuestos indirectos que graban el consumo y en los cuales tanto ricos como pobres pagan igual.

El impuesto directo a los ingresos y a la propiedad ronda el 27% en números redondos y de ese 27%, el 40% corresponde a impuestos retenidos a los asalariados.

El 8%  restante lo aportan otros impuestos.

De manera que no solamente era oportuno el "Análisis de coyuntura" del pasado sábado, sino que además era propicio, porque hay una convocatoria a "Paro Nacional" para el próximo lunes 11 de julio para exigir un que las prioridades del gobierno estén orientadas a hacer realidad una vida digna.

Existen sobradas razones para reclamar.

Si la economía creció en los últimos veinte años a un ritmo de 6% anual en promedio.

Si las recaudaciones fiscales aumentaron, en valores reales, cuatro veces por lo menos en los últimos veinte años y la economía crecía a un ritmo de 6% anual en el mismo período, entonces, ¿Por qué no ha disminuido la pobreza?

La respuesta es que las prioridades de los gobiernos que hemos padecido desde 1991 hasta el presente no persiguen reducir la pobreza y porque, por el contrario, sí persiguen el enriquecimiento ilícito de los corruptos y el enriquecimiento lícito, pero inicuo, de los más ricos.

Debemos pedirle a las organizaciones que apoyan el "Paro", que el mismo se desarrolle en un ambiente cívico y que la jornada sea pacífica y creativa.

En otro orden de ideas les comento que mañana día 4, estaremos reclamando el 4% del PIB para la Educación, en todas las esquinas de la Av. 27 de Febrero de Santo Domingo y de otras ciudades del país. Particularmente, el Centro Juan XXIII al cual pertenezco, estará en la esquina 27 de Febrero con Leopoldo Navarro, de 4:00 PM a 7:00 PM. Los que se encuentren en Santo Domingo están invitados a esta celebración ciudadana.

Bien, ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo a Elvio Romero, extraordinario poeta nacido en Paraguay en 1926. Disfruten su poesía.

Que tengan bonita semana.

Mario


Mi amada es de mi tierra, de lo mío,
de la materna arcilla que origino mi nombre;
la estrella de su nombre subió de las praderas
verdes, donde los ríos brotan de antiguos bosques.

Su atuendo es de azahares. Perfumada
tiene la voz de seda, y sus canciones hondas,
son de su pueblo ardiente, de mi pueblo profundo,
cantar de carreteros en luz madrugadora.

Tiene aprestos airosos.
El cántaro con agua
zozobra en su cintura con latido de pájaros;

Que mi cantar la nombre.
Resuene mi guitarra de noche, adonde duerma.
Que la celebre el riente brillo de mis espuelas.
Que la alumbren los astros
con que alhajo su cuello de paloma silvestre.

Mil leguas la he llevado bajo una luna grande,
clavando por el cielo mi puñal hasta el mango

Como estoy hecho de un galope largo,
de una sombra furtiva que se esfuma,
quisiera ver la luna de tu rostro
en tanto atravesamos la llanura

Te llevaré, por verte, noche adentro,
a mi lado, apretada a mi cintura,
como quien lleva una torcaza tibia
en el tibio vaivén de la montura.

Acaso al ver el monte en tu mirada,
animales y pájaros acudan
a guarecerse en nuestro pecho herido,
con vocación de sol y quemaduras.

Traeré conmigo cosas de la tierra,
al ceñirme al calor de tu hermosura,
una radiante flor de mis querencias
de esas que no veré en región alguna.

Te llevaré, por verte, noche adentro,
a mis antojos, a mi propia bruma,
y veré refulgiendo en el galope
el halo que te envuelva en la llanura.

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