domingo, 16 de diciembre de 2012

Lunes 17 de diciembre de 2012



Hermanos:

Tanto la querían que, para que esa Patria empezara a tener vida digna, salieron a las calles a luchar vestidos de amarillo y con sombrillas. Dos años y medio después esa pandilla amarilla lograba el 4% del PIB para la educación. Y ahora es que hay Coalición Educación Digna, ahora es que hay CED!!!!! La pandilla amarilla no ceja. A los ladrones que se aconsejen y que ni siquiera miren hacia ese dinero sagrado de la educación. Lo peor que le puede pasar a un ladrón es que le caiga encima la Coalición Educación Digna.

La verdad es que hay motivos para estar alegres. Ya el Poder Ejecutivo presentó al Congreso el proyecto de Ley de Presupuesto que contempla el 4% del PIB para la educación pre-universitaria, como exige la Ley de Educación y cumpliendo el reclamo de la CED. Ahora toca dar seguimiento a la ejecución de esos fondos, porque los niveles de corrupción en Dominicana son alarmantes y la impunidad es su principal promotor.

Pero como dije antes, ahora es que hay Coalición, ahora es que hay pandilla amarilla. Ya estamos trabajando en el seguimiento y no los vamos a dejar robar tranquilos. Que ese dinero es sagrado!!!

Bien, ahora a lo nuestro.

Hoy tengo razones para traer un poema inocente que permita decir algo así como "Si el ser humano escribió esto, no podemos perder las esperanzas". Este poema lo aprendí de mamá a los siete u ocho años y desde entonces lo llevo conmigo. Sonatina de Rubén Darío.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com


Sonatina

 

La princesa está triste... ¿qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave de oro;
y en un vaso olvidado se desmaya una flor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;
la princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.

¿Piensa acaso en el príncipe del Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
¿O en el rey de las Islas de las Rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
]o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?

¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.

Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte;
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.

¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
en la jaula de mármol del palacio real,
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.

¡Oh quién fuera hipsípila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
(La princesa está pálida. La princesa está triste)
más brillante que el alba, más hermoso que abril!

¡Calla, calla, princesa dice el hada madrina,
en caballo con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte ,
a encenderte los labios con un beso de amor!







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