domingo, 20 de enero de 2013

Lunes 21 de enero de 2013






Hermanos:

La democracia que conocemos es un pacto social mediante el cual un grupo de políticos obtienen por delegación el derecho a decidir las cuestiones relativas al gobierno de una sociedad.

Hasta ayer, por decirlo de alguna manera, era necesario delegar el derecho de cada uno de los ciudadanos a decidir las cuestiones relativas al gobierno de su sociedad, porque era imposible tomar en cuenta todas y cada una de la decisiones individuales que cada paso que el proceso de gobierno genera. Hoy la realidad es distinta. Actualmente existe la posibilidad real y a un costo muy bajo, de mantener una red nacional con identificación segura y precisa del ciudadano, que permita la toma de decisiones sin delegar en ningún político.

La pregunta que nos haríamos sería; ¿Por qué necesito que un político me represente si me puedo representar yo mismo? Y esa pregunta fue una de las "Uvas de fin de año" que publiqué el pasado 31 de diciembre de 2012. En ese momento decía que es previsible el fin de los partidos. La democracia, representativa como la conocemos, está agotada. Necesitamos una nueva democracia, universal, horizontal, inclusiva. Y necesitamos un grupo de servidores públicos que no decidan nada, pero que ejecuten con esmero las decisiones que entre todos tomamos.
Aquí les dejo un vídeo  de una iniciativa española que yo aplaudo hasta morir.

Y ahora a lo nuestro.

"Hay una raza vil, de hombres tenaces, de sí propios inflados y hechos todos, todos del pelo al pie de garra y dientes...."

Martí nos dijo que eran "Los Tiranos". Yo estoy seguro que eran los políticos.

Hoy les traigo "Banquete de Tiranos", de José Martí, un clásico de la lengua castellana. Disfrútenlo.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.quijoteurbano.blogspot.com







BANQUETE DE TIRANOS

Hay una raza vil de hombres tenaces
De sí propios inflados, y hechos todos,
Todos del pelo al pie, de garra y diente;
Y hay otros, como flor, que al viento exhalan
En el amor del hombre su perfume.
Como en el bosque hay tórtolas y fieras
Y plantas insectívoras y pura
Sensitiva y clavel en los jardines.
De alma de hombres de unos se alimentan:
Los otros su alma dan a que se nutran
Y perfumen su diente los glotones,
Tal como el hierro frío en las entrañas
De la virgen que mata se calienta.

A un banquete se sientan los tiranos,
Pero cuando la mano ensangrentada
Hunden en el manjar, del mártir muerto
Surge una luz que les aterra, flores
Grandes como una cruz súbito surgen
Y huyen, rojo el hocico, y pavoridos
A sus negras entrañas los tiranos.
Los que se aman a sí, los que la augusta
Razón a su avaricia y gula ponen:
Los que no ostentan an la frente honrada
Ese cinto de luz que en el yugo funde
Como el inmenso sol en ascuas quiebra
Los astros que a su seno se abalanzan:
Los que no llevan del decoro humano
Ornado el sano pecho: los menores
Y los segundones de la vida, sólo
A su goce ruin y medro atentos
Y no al concierto universal.

Danzas, comidas, músicas, harenes,
Jamás la aprobación de un hombre honrado.
Y si acaso sin sangre hacerse puede,
Hágase... clávalos, clávalos
En el horcón más alto del camino
Por la mitad de la villana frente.
A la grandiosa humanidad traidores,
Como implacable obrero
Que un féretro de bronce clavetea,
Los que contigo
Se parten la nación a dentelladas.





Banquete de Tiranos





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