lunes, 26 de mayo de 2008

Hermanos:

Ayer celebramos en Santo Domingo el día de las madres, de manera que al iniciar esta entrega lo hacemos enviando una felicitación a todas las madres presentes en "poema de lunes", un homenaje a la mujer, a la que es madre y a la que aún no lo es pero que, por ser mujer, tiene vocación de madre.

En otro orden de ideas, debo dar fe de un error cometido en la entrega del pasado 20 de enero.

Resulta que en esa entrega publiqué tres poema que a mi juicio eran de Roque Dalton, poeta salvadoreño, pero la realidad es que el primero de ellos, la fábula del "Tigre y el canario", es de León Sigüenza, también salvadoreño.

Gracias a Gustavo, lector de poema de lunes, hemos podido corregir el error.

Nos dice Gustavo que posiblemente el error proviene de que Roque Dalton incluyó la fábula en una breve antología de poetas salvadoreños que está contenida en su obra "Las historias prohibidas de pulgarcito"

Gracias a Gustavo por la información.

Durante la semana subí a la página de poema de lunes un vídeo de la particiáción de Mercedes Sosa, Shakira y Pedro Aznar en el "Concierto por los chicos", patrocinado por el movimiento Alas, en Buenos Aires, el pasado 17 de Mayo.

Mercedes Sosa y Shakira cantaron La Maza de Silvio Rodríguez acompañadas por Pedro Aznar. ¡Extraordinario!, ¡Digno de verse!

Me hubiera encantado ser uno más de esos ciento cincuenta mil latinoamericanos que disfrutaban, en vivo, el concierto.

Bueno, ahora a lo nuestro.

Esta semana les traigo dos poemas de Joaquín Sabina, poeta y cantor español nacido en Jaén en el 1949.

El primer poema es Calle Melancolía, hermoso poema lleno de imágenes y metáforas; el segundo son dos sonetos simpáticos en los que Sabina hace homenaje a sus juglares preferidos.

Que tengan bonita semana.

Mario






Calle melancolía

Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.

Las chimeneas vierten su vómito de humo
a un cielo cada vez más lejano y más alto.
Por las paredes ocres se desparrama el zumo
de una fruta de sangre crecida en el asfalto.

Ya el campo estará verde, debe ser Primavera,
cruza por mi mirada un tren interminable,
el barrio donde habito no es ninguna pradera,
desolado paisaje de antenas y de cables.

Vivo en el número siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.

Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,
que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del olvido,
fatigados de tanto andar sin encontrarte.

Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo,
ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.

Trepo por tu recuerdo como una enredadera
que no encuentra ventanas donde agarrarse, soy
esa absurda epidemia que sufren las aceras,
si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.

Vivo en el número siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía




Mis juglares: Dos sonetos

I]

De Brassens aprendí la minuciosa
manera de rimar lo nunca oído,
de Gardel el insomnio del olvido,
de Dylan la insolencia caprichosa.

De Lou Reed la amanita venenosa,
de Paco Ibáñez el jardín florido,
de Krahe la ecuación del bien nacido,
de Luis Eduardo el mar color de rosa.

De Modugno Sanremos veniales,
de Juan Luis Guerra la oración del huerto,
de Chavela rencores vaginales.

De Camarón el grito en el desierto,
de Chabuca jazmines coloniales,
de Serrat a cantar después de muerto.

II]

De Cohen la pasión de los profetas,
de Waits el bastardo crucigrama,
de Charly el aristócrata en pijama,
de Louis Armstrong burdeles y trompetas.

De los Stones zarcillos y braguetas,
de Yupanqui milonga y pachamama,
de Milanés la conga de la fama,
de Chico Buarque esdrújulas con tetas.

De Rubén Blades el diente de oro,
de Chicho el desparpajo frente al toro,
de Silvio la prosodia incandescente.

De Edith Piaf el indulto y la condena,
de Billie Holiday el alma en pena,
de José Alfredo el credo de la gente.

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