viernes, 20 de marzo de 2009

Lunes 15 de marzo de 2009





Hermanos:

El sábado pasado, al despertar de la siesta sabatina, encontré un correo en el que me invitaban a un encuentro con las personas que habáin nacido en la zona colonial o en alguno de los barrios que la bordean.

Como nací en la Independencia 19, en la frontera entre Ciudad Nueva y el Ensanche Lugo, recogí el guante y asistí al encuentro.

La actividad se realizó en el Parque del Faro, al inicio del Malecón, frente al Monumento Fray Antón de Montesinos. En el siguiente enlace tengo algunas fotos y un para de vídeos del evento. Prácticamente no reconocí a nadie. Unicamente reconocí a tres comunicadores ampliamente conocidos en la sociedad dominicana: Teo Veras, Ramón Colombo y Alfredo Freites. De todos modos fue una bonita iniciativa de interacción urbana.

En otro orden de ideas, también en la semana, Nuria Piera, una periodista de investigación, hizo público el caso de un funcionario del Estado que tiene personal cobrando sin trabajar y un Chef de Cocina trabajando en su casa particular, pero pagado por la institución; llegando al descaro de decir que todo eso lo hace por amor. Aquí el enlace al vídeo de la entrevista al funcionario.

Ahora a lo nuestro.

Hace uno días José Danilo, un entrañable amigo y seguidor de poema de lunes, me pedía que le ayudara a recordar los versos de La Canción del Pirata, que él había escuchado y leído en sus años mozos. En esa ocasión ambos reconstruimos a memoria gran parte de los versos de ese hermoso poema.

Aquí va la Canción del Pirata de José de Espronceda

Que tengan bonita semana.

Mario



Canción del Pirata

Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela,
un velero bergantín:
bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.

La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul:

"Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío,
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.

Veinte presas hemos hecho
a despecho del inglés,
y han rendido cien naciones
sus pendones a mis pies."

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

"Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.

Y no hay playa, sea cualquiera,
ni bandera de esplendor,
que no sienta mi derecho
y dé pecho a mi valor."

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

"A la voz de «¡barco viene!»
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.

En las presas yo divido
lo cogido por igual;
sólo quiero por riqueza
la belleza sin rival."

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna entena,
quizá en su propio navío.

Y si caigo, ¿qué es la vida?
Por perdida ya la di,
cuando el yugo del esclavo,
como un bravo, sacudí.

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

"Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.

Y del trueno al son violento,
y del viento al rebramar,
yo me duermo sosegado,
arrullado por el mar."

Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.

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