viernes, 13 de marzo de 2009

Lunes 9 de marzo


Hermanos:

La semana ha sido muy activa en la sociedad civil dominicana. Luego de la Cumbre con todas las fuerzas vivas de la nación, convocada por el Presidente de la República para analizar y buscar soluciones a la crisis económica, esa sociedad civil está deseosa de que las conclusiones de la Cumbre no se queden en el papel, y parece ser que la visión del Presidente parte de negar la gravedad de la crisis. Un buen ejercicio sería descubrir cuales de las conclusiones de la

Cumbre pueden ser puestas en práctica con tan solo aplicar la ley vigente. Luego tendríamos que trabajar por un gran pacto social de respeto a la ley, que tanta falta nos hace.

Bueno, vamos a otro tema.

Hoy domingo celebramos el Dia Internacional de la Mujer y "poema de lunes" quiere felicitar a cada una de las mujeres que nos siguen. Personalmente siento por la mujer un respeto que bordea la veneración. La mujer sabe cosas que al hombre le toma años descubrir, si es que llega a hacerlo. ¡Felicidades!

Hoy les traigo a Juana de Ibarbourou, gigante poeta uruguaya nacida un día como hoy, 8 de marzo.

Disfrútenla.

Que tengan bonita semana.

Mario




LA TARDE

He bebido del chorro cándido de la fuente.
Traigo los labios frescos y la cara mojada.
Mi boca hoy tiene toda la estupenda dulzura
de una rosa jugosa, nueva y recién cortada.

El cielo ostenta una limpidez de diamante.
Estoy ebria de tarde, de viento y primavera.
¿No sientes en mis trenzas olor a trigo ondeante?
¿No me hallas hoy flexible como una enredadera?

Elástica de gozo como un gamo he corrido
por todos los ceñudos senderos de la sierra.
Y el galgo cazador que es mI guía, rendido,
se ha acostado a mis pies, largo a largo, en la tierra.

¡Ah, qué inmensa fatiga me derriba en la grama
Y abate en tus rodillas mi cabeza morena,
mientras que de una iglesia campesina y lejana
nos llega un lento y grave llamado de novena!



SALVAJE

Bebo el agua limpia y clara del arroyo
y vago por los campos teniendo por apoyo
un gajo de algarrobo liso, fuerte y pulido
que en sus ramas sostuvo la dulzura de un nido.

Así paso los días, morena y descuidada,
sobre la suave alfombra de la grama aromada.
Comiendo de la carne jugosa de las fresas
o en busca de fragantes racimos de frambuesas.

Mi cuerpo está impregnado del aroma ardoroso
de los pastos maduros. Mi cabello sombroso
esparce, al destrenzarlo, olor a sol y a heno,
a savia, a yerbabuena y a flores de centeno.

¡Soy libre, sana, alegre, juvenil y morena,
cual si fuera la diosa del trigo y de la avena!
¡Soy casta como Diana
y huelo a hierba clara nacida en la mañana!

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