lunes, 8 de junio de 2009

Lunes 1 de junio de 2009






Hermanos:

Esta semana los domincanos tenemos dos motivos para celebrar. El primero es que hoy domingo que escribo este poema de lunes es dia de las madres en dominicana. De manera que nuestra felicitación para todas las madres seguidoras de poema de lunes.

La segunda efeméride que celebramos es que un día como ayer sábado 30 de mayo, en el año de 1961, los dominicanos dimos fin a la tiranía más sanguinaria de nuestra historia, la dictadura de Trujillo. Todavía a 48 años de haber sido ajusticiado, nuestra sociedad padece males que fueron engendrados en el régimen de Trujillo. De manera que aunque la muerte nunca debe ser celebrada, lo que celebramos los dominicanos es el nacimiento a la vida en libertad. ¡Nunca más una dictadura!

Ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo un poema de José Martí a los tiranos con la esperanza puesta en que nunca más se aposente una dictadura en América Latina.

Que tengan bonita semana.

Mario



Banquete de Tiranos

Hay una raza vil de hombres tenaces
de sí propios inflados, y hechos todos,
todos, del pelo al pie, de garra y diente,
y hay otros, como flor, que al viento exhalan
en el amor del hombre su perfume.
Como en el bosque hay tórtolas y fieras
y plantas insectívoras y pura
sensitiva y clavel en los jardines.
De alma de hombres los unos se alimentan,
los otros su alma dan a que se nutran
y perfumen su diente los glotones,
tal como el hierro frío en las entrañas
de la virgen que mata se calienta.

A un banquete se sientan los tiranos,
pero cuando la mano ensangrentada
hunden en el manjar, del mártir muerto
surge una luz que les aterra, flores
grandes como una cruz súbito surgen
y huyen, rojo el hocico y pavoridos
a sus negras entrañas los tiranos.

Los que se aman a sí, los que la augusta
razón a su avaricia y gula ponen,
los que no ostentan en la frente honrada
ese cinto de luz que en el yugo funde
como el inmenso sol en ascuas quiebra
los astros que a su seno se abalanzan,
los que no llevan del decoro humano
ornado el sano pecho, los menores
y los segundones de la vida, sólo
a su goce ruin y medro atentos
y no al concierto universal.

Danzas, comidas, músicas, harenes,
jamás la aprobación de un hombre honrado.
Y si acaso sin sangre hacerse puede,
hágase... clávalos, clávalos
en el horcón más alto del camino
por la mitad de la villana frente.
A la grandiosa humanidad traidores.
Como implacable obrero
que a un féretro de bronce clavetea,
los que contigo,
se parten la nación a dentelladas.

No hay comentarios: