domingo, 28 de junio de 2009

Lunes 29 de junio de 2009






Hermanos:

La noticia obligada de la semana es el Golpe de Estado al Presidente Manuel Zelaya de Honduras.

Ha sido una vuelta atras, el retorno a unos métodos que yo entendía superados. Para los latinoamericanos es especialmente triste porque todos recordamos algún momento de nuestra historia en los que militares han pasado de ser obedientes a hacerse obedecer. Todos recordamos ocasiones en las que élites oligárquicas han manejado los hilos tras bastidores para torcer a su favor la flecha de la historia.

Quiero pensar que esta vez no lo lograrán.

La realidad de hoy es muy distinta a la de hace apenas 10 o 15 años atras. Hoy las voces que se levantan en contra del Golpe de Estado en Honduras son unánimes: Lo condena Barak Obama y lo condena la Cuba de Fidel, en una coincidencia que posiblemente no hubiera sido posible con Bush en el poder.

De manera que no hay lugar para la desesperanza. Manuel Zelaya será repuesto Presidente y a todos nosotros nos toca arrimar el hombro por esta causa. Hagamos conciencia de lo peligroso que puede ser el aceptar un precedente tan funesto como el del Golpe de Honduras.

Exijamos que la democracia triunfe. Que nuestros gobiernos no recononozcan a otro gobierno que no sea el Manuel Zelaya. Promovamos por todos los medios a nuestro alcance esa toma de conciencia con relación al tema y estaremos trabajando a favor de una América Latina democrática, que se abre camino, como dijo Silvio, "arándo el porvenir con viejos bueyes".

Bien, ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo una muestra de la poesía de Carlos Marzal , poeta español nacido en Valencia en 1961, "El corazón perplejo", poesía de la mejor, un orden en su imán me está esperando.

Disfrútenla.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com




El corazón perplejo


Desventurado corazón perplejo,
inconsecuente corazón,
no dudes.
No tiembles nunca más por lo que sabes,
no temas nunca más por lo que has visto.
Calamitoso corazón,
alienta.

Aprende en este ahora
el pálpito que vuelve con lo eterno,
para latir conforme en valentía.
Los números del mundo están cifrados
en la clave de un sol tan rutilante
que te ciega los ojos si calculas.
Ciégate en esperanza,
errátil corazón,
suma los números.
Un orden en su imán te está esperando.

Desde el final del tiempo se levanta
un ácido perfume de hojas muertas.
Respíralo y respira su secreto.
Abre de par en par tu incertidumbre.
No permitas
que encuentre domicilio la tibieza,
ni que este inescrutable amor oscuro
cometa el gran pecado de estar triste.
Acógete a ti mismo en tus entrañas
con tu abrazo más fuerte,
tu mejor padre en ti, tu mejor hijo,
gobierna tu ocasión de madurez.

Insiste una vez más,
aspira en estas rosas
su pútrido fermento enamorado.
En este desvarío de tu voz
se desnuda el enigma, transparece
la recompensa intacta de estar siendo.

Aquí estamos tú y yo,
altivo corazón,
en desbandada.
A fuerza de caer, desvanecidos.
y a fuerza de cantar,
enajenados.


Carlos Marzal

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