domingo, 28 de junio de 2009

Lunes 22 de junio de 2009





Hermanos:

El próximo sábado 27 de junio se celebrará la Segunda Copa de Golf Amadita. Es un evento que se realizará en Metro Country Club, lo patrocina el Laboratorio Clínico Amadita P. de González y será a beneficio de Hogares Crea, una de las instituciones de la sociedad civil que da servicio a pacientes con problemas de adicción.

Hago el anuncio para que los seguidores de poema de lunes que se encuentren en dominicana, si pueden participar, lo hagan. Es una causa justa.

Debo aprovechar la ocasión para comentarles cómo es mi relación con el golf, juego harto alejado de todo lo que signifique bohemia y en consecuencia muy reñido con mi oficio alterno de quijoteurbano. Antes de que mi compadre Ramón descollara en el golf, para mí era un deporte inexistente: ¿quién puede imaginar que alguien que se conmueve con el atardecer sin sombra de unos ojos, pueda dedicarse a darle palos a una pelotita? Pero como siempre hay oportunidad para una primera vez y las malas compañías nunca te abandonan, mi compadre Ramón, que transpira bohemia por los poros, sobresalió en el golf y esa fue la primera señal. La segunda no fue señal sino justificación y la aportó el Budismo Zen, por aquello del "Aquí y ahora", tan necesario al momento de darle con el palo a la pelotita.

La verdad es que todas esas elucubraciones no son más que vanos argumentos para justificar la realidad de que el golf es un deporte apasionante, que soy malo con música, pero que no me importa porque es un pleito personal que pienso llevarlo hasta las últimas consecuencias y por último está aquello del Budismo Zen. Bajo ese esquema el juego de golf se convierte en una experiencia espiritual profunda. Es una lástima que yo juegue tan mal.

Ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo una muestra de la poesía de Andrés Navarro, joven poeta nacido en Valencia en 1973, de manera que estamos hablando de poesía española muy contemporánea. Disfrútenla.

Que tengan bonita semana.

Mario


Desenlace
De aquel nudo de fuerzas ¿qué ha quedado?

El miedo a hacer de ti una consecuencia
de tu miedo. Recelos y fantasmas
debajo de la ropa:
algunas tentaciones mal curadas.

Inversiones, lucros de inteligencia
en frutas ya mordidas
y al vuelo, como crines sin viento
de un caballo de piedra,
en esa nuca helada que arropa tu optimismo,
la soga que de un golpe
pudo nublarlo todo.


Alquimista

De vez en vez un gesto
reencontrado o perdido, todavía
se detiene al vapor de un brillo
que llamea
en caras de apagada multitud
y a mi oído te nombra, y eres
donde no has existido.

Una destilación, el flujo
de un idioma de monstruos inocentes.

Y la memoria entiende, permeable.



Conformista

Si miro todo esto, lo que no hace memoria
ni se fija al metal de lo que el tiempo oxida
entiendo que es normal,
que hay un fulgor extraño en la renuncia,
un sedimento ciego
defendiendo en la sombra su entraña de nosotros.

Desértico, alejado, sin plazo adonde ir,
enumero tus ojos como pago a un instinto.

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