domingo, 22 de enero de 2012

Lunes 23 de enero de 2012



Hermanos:

Hace tiempo que vengo rumiando esta entrega, pero antes de aventurarme a tratar un tema tan sensitivo, debo confesarles que para mi no es una causa por la cual se agiten mis banderas, no es ni será nunca mi tema de lucha. Es mi visión, pero puede ser modificada si me dan razones valederas. En fin, tómenlo como una travesura. Yo, ya me estoy riendo.

Género y sexo

Creo que hay confusión con relación a ambos términos. Los seres vivos tienen sexo, que es una condición orgánica que los diferencia y que puede ser masculino o femenino. El género, cuando se aplica a seres vivos se refiere a cualquier condición común capaz de generar un subconjunto dentro del universo de esos seres vivos. De manera que a la pregunta, ¿Género?, que encontramos en los formularios, se podría responder "Homo", que es el género taxonómico de los humanos, o también responder "Enamorado", que establece el conjunto de los seres capaces de la entrega sin reservas.

Existen otras acepciones de "género" que se refieren al ámbito gramatical. No soy lingüista, pero a mi mejor entender, el género en la gramática es una clasificación arbitraria de los sustantivos, pronombres y adjetivos que nos obliga a la concordancia entre ellos. La confusión se presenta al nombrar los géneros gramaticales como "femenino, masculino y neutro" porque de alguna manera se siente que el masculino del género gramatical tiene relación con el masculino del sexo. Lo mismo ocurre con el femenino del género gramatical y el femenino del sexo.

Pudimos haberlo definido así: 

Al Género Ternura pertenecen los sustantivos, pronombres y adjetivos "de corazón amor"
Al Género Valor  pertenecen los sustantivos, pronombres y adjetivos "de corazón la fuerza"

Bajo esas condiciones yo no tengo más dudas:

La almohada que me acoge, la historia que me grita, la mano que no es puño, son nombres de "Ternura."

El arma  que defiende, los amigos tunantes, los golpes recibidos, son nombres de "valor."

El alma, cuando es una es "Valor";  cuando es plural, "Ternura."


En este ejercicio todos sabemos dónde ubicar los sustantivos hombre y mujer.

Recuerdo que en algún momento leí que en la lengua de los pueblos Bantúes existen creo que seis géneros, uno de esos géneros lo recuerdo muy bien porque se refiere a "cosas que vienen en manadas". Para los Bantúes es importante, al momento de decir el nombre, saber si se trata de algo que puede aparecer en manadas, y tienen una terminación especial para esos sustantivos, crearon un género.

El genio de la lengua es soberano.

Esta reflexión viene al caso porque he tenido que leer para un público, con lenguaje de género como se dice ahora, un texto de no más de tres páginas (1.200 palabras), y la verdad es que bajo esas condiciones, leer un texto para un público resulta una lectura fragmentada, cacofónica e insoportable.

Si no bastara el argumento de que el género en gramática no se refiere al ser humano sino al sustantivo, al pronombre o al adjetivo; existe otro argumento para desmontar ese lenguaje de los y las, nosotros y nosotras, niños y niñas: Antes, cuando éramos felices e indocumentados, se decía "todos" y en ese todos estábamos todos incluidos. Ahora decimos todos y todas..., y ahí falta gente... Nos van a faltar vocales para incluir tanta diversidad.

La cosa ha llegado a extremos penosos. Tanta ha sido la necedad, que ya es aceptada por la Real Academia de la Lengua el término "Presidenta". Quienes apoyan esa locura tendrían que aceptar como válido un texto como el que sigue: "La Bella Durmienta, que fue una joven pertenecienta a los sectores empobrecidos de la sociedad, despertó convertida en  amanta de un príncipe regente". Existe otro caso, para vergüenza de todos los que hablamos castellano, en el que la necedad fue tanta que obligó a la Real Academia de la Lengua a aceptar el término: "Sirvienta"

Bueno, luego de esta catarsis traviesa, y recuerden que en todo momento he tenido una sonrisa en mis labios, debo decir que lo mejor de mí es básicamente femenino: Mi ternura. Y eso lo digo sin menoscabo de la fuerza que me lanza todas las mañanas a conquistar el mundo y que me obliga a orinar el perímetro marcando territorio. De manera que si en algún momento tengo que sentirme incluido en una voz que nos convoque a todos, y siempre que sea necesario para complacerlas a ellas, que se elimine definitivamente el "Todos" y que convoquen a "Todas", que yo asisto.

Bien, ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo de nuevo a Paz Díez Taboada, enormísima poeta española de Vigo, con un poema que llevo conmigo desde que la conocí: Navegante e Insomne.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com


NAVEGANTE E INSOMNE

Anda sin rumbo y achicando llantos,
tensando trapos con la mano herida,
pues decidió marchar por espacios sombríos
donde juegan los monstruos con las cartas marcadas.
Se ha dejado arrastrar por las corrientes
que socavan, silentes, el misterio.

Mejor así. Sin duda, es conveniente y justo
que a quien eligió el viaje se le convierta el suelo
en continuo temblor, en fluyente camino,
en tremante marea que, salobre y rizada,
le recuerde que tiene vocación andariega
entre hielos y espumas.

Navega, pues, desde que la memoria
repobló sus absortas galerías,
ahítas de rencor, con los difuntos
que, ambulantes, esquivan el descanso
bajo la fría sombra de la piedra.

Pero es mejor así. Y, aunque grite socorro,
desea navegar entre viejos fantasmas
y no piensa en volver a tierra firme nunca,
pues ¿cómo marcharía por plazas y jardines,
cómo, por los salones, quien viene chorreante,
náufraga de la furia de los mares del norte,
mordida por las sombras, cubierta de salitre,
sin sextante ni brújula,
perdidos el timón y la bitácora...?







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