domingo, 15 de julio de 2012

Lunes 16 de julio de 2012




Hermanos:

Estoy fuera del país hasta el 28 de este mes. De manera que esta entrega y la próxima serán muy breves.

El pasado jueves en la noche tuvimos en casa un encuentro con amigos de antaño. Una noche mágica de poesía, buena música y bohemia entre hermanos.

Yo intervine con una versión para teatro del "Amor apache" y con un relato breve que les quiero compartir:

Mamihlapinatapai.

Se trata de una palabra en la lengua de los indios Yámanas de tierra del fuego.

Describe una mirada entre dos personas, cada una de las cuales espera que la otra empiece una acción que ambos desean, pero que ninguno de los dos se anima a iniciar.

Una de esas posibles miradas mamihlapinatapai, es de amor, y cuando ocurre, dicen que el secreto es decir bien calladito, pero seguros de que la pareja lo escucha, decir bien quedo el mantra, el conjuro: "Mamihlapinatapai,,, mamihlapinatapai... mamihlapinatapai"

Los que saben de estas miradas aseguran que luego del conjuro llega el beso.

Bien, ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo a Ángel González, poeta español fallecido hace unos años. Disfruten este hermoso poema.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com


Artritis metafísica



Siempre alguna mujer me llevó de la nariz
(para no hacer mención de otros apéndices).

Anillado
como un mono doméstico,
salté de cama en cama.

¡Cuánta zalema alegre,
qué equilibrios tan altos y difíciles,
qué acrobacias tan ágiles,
qué risa!

Aunque era un espectáculo hilarante,
hubo quien se dolió de mis piruetas,
lo cual no es nada extraño:
en semejante trance
yo mismo
me rompí el alma en más de una ocasión.

Es una pena que esos golpes
que, entregados al júbilo del vuelo,
entonces casi no sentimos,
algunas tardes ahora,
en el otoño,
cuando amenaza lluvia
y viene el frío,
nos vuelvan a doler tanto en el alma;
renovado dolor que no permite
reconciliar el sueño interrumpido.

En esas condiciones no hay alivio posible:
ni el bálsamo falaz de la nostalgia,
ni el más firme consuelo del olvido.


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