domingo, 1 de julio de 2012

Lunes 2 de julio de 2012



Hermanos:

No soy un gran fanático de ningún deporte y en el horizonte no se atisban cambios porque la bohemia y el compromiso ciudadano están muy lejos de ser declarados deportes nacionales. Aquí en Dominicana, el deporte nacional es el Béisbol, o La Pelota, como se le conoce entre nosotros; y es un deporte taíno, manso, lento, que permite un ambiente desenfadado, muy acorde a nosotros, en el que un espectador puede argumentar con otro del equipo contrario alguna jugada, mientras ordena una cerveza a la joven que asiste. Y no pasa nada.

El Fútbol no.

Quizás los tórridos, los de clima caliente, de alguna manera los más del Sur del Sur, no tengamos las condiciones más propicias para desarrollar buenos futbolistas. Pudiera ser que en el diseño lo tengamos prohibido: "Esta gente caliente, no debe jugar Fútbol", diría el Gen. El Norte y el Sur viven el Fútbol, nosotros; los del centro, los tórridos; lo miramos asombrados. Y es que hay que caminar un campo de Fútbol, de portería a portería, para entender que noventa y tantos minutos correteando ese planeta detrás de una pelota es una tarea de titanes. En los noventa y tantos minutos que dura el partido no hay posibilidad de apartar la vista del campo. El Fútbol es un deporte aguerrido, violento, rápido, que no permite el ambiente desenfadado del que ordena la cerveza a la joven que asiste. Quien se equivoca y aparta la vista del campo puede perderse el juego.

Hoy España ganó la Eurocopa, un gran partido. Yo apostaba a Italia, pero fue una victoria inmaculada. Felicidades a La Roja victoriosa.

En otro orden les comento que el miércoles 4 de julio, es decir, el miércoles de esta semana, tendremos nuestro acostumbrado encuentro Frente al Palacio Nacional, con la Coalición Educación Digna. Los que estén en Santo Domingo, ponderen la posibilidad de asistir. Nos reunimos a las 4:00 PM, en la esquina formada por las calles Dr. Delgado y Av. México, frente al Palacio Nacional. Somos puntuales. No hay peligro, en los inicios  de esta lucha, la Policía Nacional enviaba un grupo de salvajes y en un par de ocasiones hubo enfrentamientos violentos; pero actualmente no es así, ahora se limitan a hacer un papel muy triste y vergonzoso de "estoy aquí". Y digo triste y vergonzoso porque un grupo de ciudadanos con sombrillas no son una amenaza.

Bien, ahora a lo nuestro.

Hoy les traigo a Eduardo Galeano hablándonos del Fútbol.

Que tengan bonita semana.

Mario
www.poemadelunes.blogspot.com
www.quijoteurbano.blogspot.com




¿El opio de los pueblos?
Eduardo Galeano (Uruguay)



¿En qué se parece el fútbol a Dios?. En la devoción que le tienen muchos creyentes y en la desconfianza que el tienen muchos intelectuales.

En 1880, en Londres, Rudyard Kipling se burló del fútbol y de "las almas pequeñas que pueden ser saciadas por los embarrados idiotas que lo juegan". Un siglo después, en Buenos Aires, Jorge Luis Borges fue más que sutil: dictó una conferencias sobre le tema de la inmortalidad el mismo día, y a la misma hora, en la selección argentina estaba disputando su primer partido en el Mundial del '78.

El desprecio de muchos intelectuales conservadores se funda en la en la certeza de que la idolatría de la pelota es la superstición que el pueblo merece. Poseída por el fútbol, la plebe piensa con los pies, que es lo suyo, y en ese goce subalterno se realiza. El instinto animal se impone a la razón humana, la ignorancia aplasta a la Cultura, y así la chusma tiene lo que quiere.

En cambio, muchos intelectuales de izquierda descalifican al fútbol porque castra a las masas y desvía su energía revolucionaria. Pan y circo, circo sin pan: hipnotizados por la pelota, que ejerce una perversa fascinación, los obreros atrofian su conciencia y se dejan llevar como un rebaño por sus enemigos de clase.

Cuando el fútbol dejó de ser cosas de ingleses y de ricos, en el Río de la Plata nacieron los primeros clubes populares, organizados en los talleres de los ferrocarriles y en los astilleros de los puertos. En aquel entonces, algunos dirigentes anarquistas y socialistas denunciaron esta maquinación de la burguesía destinada a evitar la huelgas y enmascarar las contradicciones sociales. La difusión del fútbol en el mundo era el resultado de una maniobra imperialista para mantener en la edad infantil a los pueblos oprimidos.

Sin embargo, el club Argentinos Juniors nació llamándose Mártires de Chicago, en homenaje a los obreros anarquistas ahorcados un primero de mayo, y fue un primero de mayo el día elegido para dar nacimiento al club Chacarita, bautizado en una biblioteca anarquista de Buenos Aires. En aquellos primeros años del siglo, no faltaron intelectuales de izquierda que celebraron al fútbol en lugar de repudiarlo como anestesia de la conciencia. Entre ellos, el marxista italiano Antonio Gramsci, que elogió "este reino de la lealtad humana ejercida al aire libre".





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